CAFECITO CON

ALEJANDRO BALZARETTI: “EL CAFÉ ES UN NEGOCIO DE RELACIONES, UNA HERRAMIENTA QUE NOS PERMITE CONECTAR”

Por Elena Wright

Nombre: Alejandro Balzaretti
Profesión: Fundador Amigo Coffee Roasters
Nacionalidad: Salvadoreño
Signo zodiacal: Libra
Instagram: @amigoroasters

ELENA WRIGHT (EW): ¿Cuéntanos acerca de tu conexión con el café y cómo llegaste a la industria?

ALEJANDRO: El café siempre estuvo en mi vida de una manera u otra, tanto por el lado de mi mamá como por el de mi papá, pues mi familia lo cultivó en El Salvador tres o cuatro generaciones atrás. Crecí alrededor del café, pero nunca fui parte de la industria hasta hace cinco años que me mudé a Los Ángeles.

EW: ¿Cómo surgió Amigo, cuál es su esencia y hacia dónde lo quieres llevar?

ALEJANDRO: Amigo surge de las relaciones que establecí durante más de cinco años en la industria de servicios en Los Ángeles. Cuando vine, no sabía que acabaría trabajando con el café. Sin embargo, tenía claro que quería un proyecto que me conectara con mi país, principalmente a mi familia y amistades. Amigo se convirtió en ese puente que me permite construir una vida en Estados Unidos sin perder ese vínculo con El Salvador.

La esencia de Amigo es toda la gente con la que trabajamos en la cadena: desde la finca hasta el consumidor final. Y es que el café es un negocio de relaciones. Es una herramienta que nos permite conectar y abrir puertas. Este proyecto es una plataforma que me facilita seguir conociendo, conectando y creando experiencias con un impacto positivo.

Alejandro Balzaretti, fundador de Amigo Roasters en Venice, California.

EW: Hace poco te visité en Venice Beach y pude ver que a pesar de ser una marca relativamente nueva, ha logrado penetrar el mercado y crear una comunidad alrededor de ella. ¿Qué te llamó la atención de este lugar y por qué piensas que es el sitio perfecto para Amigo?

ALEJANDRO: Nunca había visitado Venice antes de mudarme, ni siquiera Los Ángeles. Fue mi papá quien me impulsó a salir del país y a buscar nuevas oportunidades afuera. Sabía que quería estar en California. Una amiga vivía en Venice y fue por ella que terminé allí. 

En cuanto Amigo, todo sucedió de manera orgánica y sin mayor planeación. Las cosas se empezaron a dar aquí, pero si hoy en día pudiera escoger el lugar para crecer la marca, volvería a elegir Venice. 

Hay que reconocer que Los Ángeles es una ciudad donde la gente viene a emprender en varios rubros. Es una urbe de creativos y artistas que están tratando de hacer lo suyo. Como decimos en El Salvador: “Los que se rebuscan”. Venice se encuentra al lado de la playa y se caracteriza por ser casual, por su arte y por un gran sentido de comunidad. Es un lugar en el cual todos se apoyan y todos se conocen. El arte y la comunidad son muy influyentes para Amigo.

EW: Hay una comunidad inmensa de salvadoreños en Los Ángeles.. ¿Crees que estar lejos de El Salvador ha influido de alguna manera en tu marca?

ALEJANDRO: Sí. En efecto, la comunidad de salvadoreños aquí es muy grande y muy orgullosa del país. Definitivamente, estar lejos de El Salvador ha influido en mi marca. Aparte de promover su café, Amigo es una expresión continua de mi identidad salvadoreña. El término “hermano lejano” (salvadoreños viviendo en el extranjero) es algo con lo que verdaderamente me identifico, no solo porque ya no resido en El Salvador, sino por lo que conlleva: la comunidad que uno representa, que va más allá del país, pues son las amistades, la familia y las costumbres. Creo que después de la familia, la conexión más importante que uno tiene es con su nación.

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EW: ¿Estás en contacto con muchos salvadoreños allá?

ALEJANDRO: En todos los bares y restaurantes que estuve antes de fundar Amigo, trabajé con salvadoreños. La gente los aprecia mucho en el ámbito laboral y yo también.

EW: ¿Por qué crees que les gusta?

ALEJANDRO: Porque el salvadoreño siempre está dispuesto a trabajar. Además, tiene un sentido de la hospitalidad único. Cuando la gente se imagina Los Ángeles, piensa en artistas de cine y en la industria, que es enorme, y en esa parte que puede ser un poco más superficial. Pero no hay que olvidar que Los Ángeles es una comunidad en donde la gente viene a probar y hacer un intento. He podido ver de cerca cómo el salvadoreño persevera.

EW: Además de ser uno de nuestros cafés favoritos, nos encanta el branding de tu marca. Cuéntanos acerca de su esencia y del proceso creativo que hay detrás.

ALEJANDRO: Desde afuera, el mundo del café a veces puede parecer complicado. Tiene sus complejidades, empezando por el cultivo, hasta cómo se procesa, sus distintos tuestes e incluso los métodos de preparación. Hay una ciencia detrás de todo esto y esa cantidad de información puede ser intimidante. 

Muchas veces consideramos que el buen café es difícil. O peor, nos encontramos con alguien que nos dice que solo puede hacerse de cierta manera para disfrutarlo. Nosotros creemos que el precio de entrada es la calidad y nos aseguramos de tenerla a partir de las fincas con las que trabajamos y en toda la cadena. 

Somos de la opinión de que el café se debe deleitar al modo que le guste al cliente. Amigo es un café para disfrutar cada día. Es accesible y tendrá variedades para que todos puedan conectar con ellas. Cuando hablamos de la marca siempre hay un pensamiento en mente: un café amigable. 

Cuando fundé Amigo, no tenía interés en ser la marca cool. Más bien, quería que fuera divertida y que tuviera los colores de Latinoamérica; por ejemplo, como cuando vas por los mercados en los buses y ves toda esa acción y colorido. La dirección creativa la trabajamos junto a Visual Utopia Group de Ines Gurovich que es un estudio argentino. Ellos nos ayudan a producir y editar el contenido. También trabajamos con diferentes artistas en Los Ángeles y El Salvador.

Constantemente me estoy preguntando cómo puedo mostrar cosas propias de mi país en Estados Unidos de la manera más auténtica posible. Muchas de ellas son las que más hacen falta cuando uno está lejos de su tierra.

EW: ¿Por ejemplo?

ALEJANDRO: La música. La cumbia, específicamente. La aprecié mucho más cuando salí del país. También el trabajo de los artesanos. Siempre trato de visitar sus talleres en diferentes pueblos. Cuando vivía en El Salvador no hacía estas cosas.

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EW: Uno de los atributos de tu marca es empoderar a las mujeres que cortan café en Centroamérica. ¿Por qué consideras que esto es importante y cómo logras hacerlo?

ALEJANDRO: Todos los cafés que manejamos tienen un programa de sostenibilidad y actualmente tenemos dos que apoyan mujeres. Uno es de Jacaltenango, en Guatemala, cultivado en la Aldea Q’om por 19 mujeres. El otro es Jefa, que lo cultiva un grupo de 14 mujeres en Veracruz, México. Son dos cafés increíbles, de gran calidad y superiores a los de otras fincas en sus alrededores, y se les paga un premium a través de dos programas manejados por compañías exportadoras.

Como te comento, los cafés son excelentes y aunque no puedo decirte por qué con exactitud, sí creo que en general las mujeres tienen mejor tacto, son más pacientes y ponen más atención a los detalles. Definitivamente, cuentan con cualidades especiales que se reflejan en el producto final. 

Como marca es importante reconocer logros y Amigo sirve de plataforma para nuestros cortadores. En este caso, son mujeres, pero puede ser que a futuro sea alguien más. Creo que hay mucho valor en contar estas historias únicas y conmovedoras a través de Amigo.

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EW: ¿Donde ves tu marca en 10 años?

ALEJANDRO: Colaborando continuamente con otras marcas que impulsen el cambio.

EW: ¿Qué crees que es único y especial de El Salvador? 

ALEJANDRO: El componente místico que nunca deja de sorprenderte. Cuando llevo a alguien por primera vez a El Salvador, siente como si hubiera descubierto algo. Aunque viví la mayoría de mi vida allá, siempre me voy con el sentimiento de que aún hay más por descubrir.

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EW: Al llegar a El Salvador, ¿qué es lo primero que haces?

ALEJANDRO: Lo primero que hago siempre usualmente viajo en el red eye después de trabajar es comer un desayuno salvadoreño de frijoles, huevos, tostada, queso, tortilla, crema, plátanos, aguacate y, si hay suerte, tocino. También, chile del jardín. Después, le llevo una encomienda a un amigo que por lo general está en la playa, entonces me voy para allá. Si puedo surfear, lo hago, y si no, solo tomo café con amigos. También visito la finca. Esto casi nunca cambia.

Imágenes cortesía de Amigo Roasters.