DETRÁS DEL LENTE

BUENOS AIRES, ARGENTINA POR VICTORIA SÁNCHEZ

IMG_0902 (1)

Victoria Sánchez es estilista, consultora de moda y diseñadora. Vive y trabaja en Buenos Aires, donde estableció su marca de ropa Bolazo Argentina. Desde el año 2000 empezó a capturar la forma de vestir y el encanto de señoras porteñas que en sus elecciones revelan fragmentos de la cultura rioplatense. 

Con su archivo fotográfico llamado Señoras Paquetas, se adelantó a la tendencia global del street style con un sello distintivo influido por su ojo inequívoco y su estilo único, personal y libre. Este proyecto fusiona la estética y el arte con el mundo en el que habita, que atrapa lo extraordinario de lo cotidiano. 

Junto a ella, y su punto de vista particular, descubrimos otra cara de la capital argentina.

Instagram: @senoraspaquetas

¿Cómo nació el proyecto de “Señoras Paquetas”?

Las empecé a retratar con los primeros teléfonos que tenían cámara. Muchas fotos geniales hoy no me sirven pues su calidad es pésima. Comencé por el simple hecho de que me parecían imperdibles y eran al paso; eso define mucho el estilo de foto. Después, empecé a buscar los fondos o, a veces, a perseguirlas, adelantarme a ellas y esperar a que pasaran. Luego, con las redes, vi que a mis amigos les encantaban y publiqué más, pero es un hobby. Nunca las busqué y muchas veces perdí imágenes por no tener tiempo para detenerme.

¿Por qué estas “Señoras Paquetas” definen el espíritu porteño? 

Porque son inconfundibles. Se visten de una manera singular. Hay algunas con más estilo propio, pero, en general, siguen una línea. Y te das cuenta enseguida, si conoces Buenos Aires. Es como las mujeres italianas… también tienen una particularidad única.

¿Qué quiere decir “Señoras Paquetas” en slang de Buenos Aires?

Paqueta se asocia a lo burgués, al argentino de clase social alta. Me divirtió el nombre, pero lo que me gusta enfatizar con las fotos es el espíritu por estar bien, por verse pitucas o a tono; es decir, arregladas a cualquier hora, todos los días. No tiene que ver con la clase social, aunque entiendo la asociación. 

¿Qué es lo más gratificante de este proyecto fotográfico?    

Me angustia un poco notar que con el paso de los años están dejando de existir y eso me pone melancólica. Mucha gente me escribe por Instagram diciendo: “Es mi abuela; murió el año pasado, gracias por tan lindo retrato”. Eso es lo que más me gratifica hoy día pues “Señoras Paquetas” nunca tuvo un fin lucrativo; es más la espontaneidad de las primeras imágenes y ver a donde llegó todo.

¿Alguna anécdota divertida con las señoras?

Reiniciar mi teléfono y justo ver pasar a una. La seguí por varias cuadras, me adelanté y entré a la peluquería de un amigo. Le pedí a una chica que se estaba cortando el pelo si me prestaba el teléfono un segundo; le deje el mío a modo de garantía y logré sacar la foto. Luego me la enviaron.

¿En cuáles barrios de Buenos Aires sueles encontrar las “Señoras Paquetas”? 

La mayoría de las señoras deambulan por La Recoleta, un barrio residencial céntrico de la ciudad de Buenos Aires y una zona de amplio interés histórico y arquitectónico, llamada “la París argentina” por la gran inmigración francesa que tuvo lugar desde 1840.

Es un barrio que trato de retratar al tiempo que las señoras, buscando puertas, ventanas y veredas. Es un sitio muy particular, como también lo son ellas.

¿Qué sabes de la vida de las señoras? ¿A dónde van? ¿Por qué se arreglan? ¿Qué las mueve?

No conozco la vida personal de cada una, aunque muchas veces me encuentro con mensajes de parientes, hijos o nietos que comentan sobre las fotos. Tampoco sé a dónde van, pero la “Señora Paqueta” es un estilo de vida, es parte de una personalidad. Pueden ir arregladas a la verdulería o a visitar a una amiga o a una hija; eso no cambia el amor por estar pituca. Es algo natural, no hay esfuerzo por hacerlo y es un hábito que, supongo, se da con la edad.

¿Has entablado amistad con alguna? ¿Cómo han influido en tu vida o estilo?

Muy pocas veces pedí permiso para sacar la foto con la certeza de que me iban a decir que sí y soltarles un piropo… que supieran que la fotografía la tomaba por lo estilosas que se veían. 

Las hago sin que se den cuenta, al pasar, pero cuando están sentadas o atentas y siento que les puede resultar ofensivo ver como les roban una foto, ahí sí pregunto.

Lo que me gusta es que ellas suelen estar en movimiento. Me anticipé sin querer a los coolhunters, que ya no recuerdo cuándo ni cómo surgieron. Y a las cuentas de ancianos con estilo que hay por todo el mundo. Desde entonces me aburrió un poco más hacerlo, debo confesar.

También algo que me di cuenta cuando hice retratos para una revista es que a la gente mayor no le gusta mucho que le saquen fotos. Supongo que por una personalidad marcada y por desconfiar que las retratan como ellas quieren. También por distintas costumbres de épocas, pero a la gran mayoría no le gusta. Y las entiendo. Yo haría lo mismo. 

¿Ves a los mismos personajes todo el tiempo?

Sí, muchísimos se repiten. Hay varias que ya tienen sus fanáticos; otras que lamentablemente no vi más y algunas que me alegro de volver a ver después de mucho tiempo.

¿Qué canciones escuchan las “Señoras Paquetas”?

¿Tangos? ¿Boleros? No estoy segura. Una que me hace acordar mucho a ellas y al humor que intento poner detrás, es Amarraditos de María Dolores Pradera que dice algo así: “Vamos amarraditos los dos, espumas y terciopelo. Yo con un recrujir de almidón y tú, serio y altanero. La gente nos mira con envidia por la calle, murmuran los vecinos, los amigos y el alcalde…”.

¿Dónde almuerzan?

No lo sé, pero muchas en el emblemático Café La Biela, frente al cementerio de La Recoleta, un clásico que tuvo sus años de oro en los cincuenta cuando en Argentina hubo un auge del automovilismo entre la clase alta y la media. De ahí el nombre. 

Argentina es conocida por su moda. ¿Estas mujeres de quién se visten? ¿Dónde van a comprar? 

Creo que ya no compran mucho. Tienen su placard editado con los años y con mejores calidades y diseños que se daban en otras épocas.  Saben qué les queda bien y qué combinar. Cuentan con mayor experiencia y con un estilo más marcado que alguien adolescente.

Muchas vienen a comprar a mi negocio Bolazo Argentina. Adoro cuando eso sucede.

¿Qué es la belleza para ti?

Es armonía. Está en todos lados, la encuentro con facilidad y, a veces, donde muchos no la hallan. Las mezcolanzas me encantan, son lúdicas y atractivas. En el humor también hay belleza.

¿Es más fácil retratar extraños o conocidos?

Creo que extraños porque invita a sacar algo más que no conocemos; te pone más en focus. Igualmente las retrato en su mayoría sin que lo sepan; hago la que habla por teléfono o la que le saca la foto a la entrada de un edificio. Muchas señoras se me frenan muy educadamente, pensando que están interrumpiendo lo que estoy sacando, cuando en realidad las espero.

¿En tu familia tienes una señora paqueta?

Sí, por supuesto. Mis tías por parte de mi papá murieron de muy grandes cuando yo era muy chica, pero las recuerdo perfectas, tomando el té en casa. Sobre todo a Ema, que fue la última que murió. Sus ruleros, sus pañuelos bordados con sus iniciales, sus gruesos collares de perlas, sus zapatos de taco ancho, sus tapados de piel, sus talliers y, en especial, algo de olor a naftalina y su té con leche que sabía espantoso.