Farmacia La Estrella, Defensa 201
De pequeña me gustaba jugar con las cremas de mis abuelas. Pepita era amante del talco de violetas; Agustina llevaba gardenias. En un gesto de emancipación recuerdo mi primera vez en Rue Cambon, en la adolescencia, y salir con mi bolsa con la camelia y una fragancia.
La Farmacia La Estrella existe desde 1885 y queda en Defensa 201. Sus armarios son de nogal italiano; es una lujuria de mármol de Carrara y cristal. Si la visitan pueden deleitarse con una obra que se llama “El triunfo de la farmacopea contra la enfermedad”, pieza de Carlos Barbieris de 1.900.
La Exposición, Libertad 1299
Empecemos por el principio: la medialuna no es croissant. Las nuestras son rotundas y de olor suave a manteca, o saladas y de grasa. Sobre gustos hay mucho escrito.
No faltan en un desayuno o a la hora del té. Me encanta comprarlas en esta panadería y confitería que queda en Libertad 1299.
Son un viaje directo a la infancia.
¡Un café, por favor!
Entre mis rituales figura visitar sitios porque así aseguro que sigan existiendo. Preciso volver, ocupar la mesa de la ventana, que nadie me hable… Es imposible recomendar uno porque atravieso barrios para tomar un pocillo de café con mi vasito de soda, tal como lo relata Julio Cortázar. Va una selección: