Imagen por Pedro Salazar.

CAFECITO CON

DAYRA BENAVIDES: “EL PROPÓSITO DE MI TRABAJO ES SEMBRAR Y COSECHAR EL TEMA DEL AMOR”

Nombre: Dayra Benavides
Profesión: Artista
Nacionalidad: Colombiana
Instagram: @dayra.benavides

LATINNESS: Dayra, descubrí tu trabajo en el último biennale de Homo Faber, la plataforma de artesanos internacionales, en Venecia. Me llamó mucho la atención tu máscara y el hecho de que eras colombiana. Cuéntanos acerca de tu trayectoria y cómo con la artesanía de las máscaras.

DAYRA: Empecé hace ya 15 años a elaborar máscaras y trajes para el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto. Desde que tengo memoria, como a los cinco años, he venido ejerciendo el arte con mi familia y en especial con dos maestros maravillosos que son mi papá y mi mamá. Ellos me iniciaron en las artes, la pintura, la escultura, la danza y el yoga. 

También aprendí de la escuela del carnaval. Eso es tremendo, porque se ofrece de manera gratuita para niños que apenas están absorbiendo la vida. Imagínate vivir en la calle un carnaval tan poderoso. Por eso soy una amante del arte popular, ese que se da fuera de las academias, que incluso es a veces mucho más visceral, más honesto, más auténtico. Te permite leer una ciudad, pues la narrativa es mucho más afectiva, incluso mucho más amable. 

En ocasiones, cuando nos ponemos de artistas conceptuales, nos vamos por otros lados. También lo he hecho, pero por eso elegí el camino que tenía trazado de niña en conexión con el arte popular. 

Desde pequeña, por medio de mi familia, he venido formándome en la danza y en la escultura; soy una apasionada por los volúmenes. Estudié artes en la academia y luego de salir, me fui para Bogotá a trabajar con la agrupación musical Aterciopelados, que creo la conocen.

Imagen por Jhon Mario Leyton.

Imagen por Carlos Benavides.

LATINNESS: ¡Claro!  ¿Y qué hacías con ellos?

DAYRA: Aún hoy día trabajo los trajes con Andrea Echeverri, la vocalista. Para mí son esculturas portables. 

En medio de la creación de las obras que inventamos juntas, surgió la pregunta: “¿Y yo? ¿Y mi obra? ¡También quiero hacerme un traje!”. Empecé, entonces, con la búsqueda de mi ADN o, mejor dicho, a encontrarme a mí misma. 

En uno de mis viajes a Pasto, me di cuenta de que venía de una familia muy poderosa que trabajaba para el carnaval desde mucho tiempo atrás. Además, en este son bailarines; yo nunca había estado en eso. Fui la última en entrar a ese mundo. Cuando llegué a Pasto, una vez en pleno carnaval, vi a mi mamá vistiéndose y pensé: “¡Qué es esta maravilla!”. No era consciente de la magnitud de lo que estaba sucediendo en mi casa. 

A veces nos vamos a buscar en otros lados, pero ocurre con frecuencia que el ADN poderoso, maravilloso, se encuentra justo ahí… en tu casa, en tu hogar.

LATINNESS: Tuviste que irte para regresar, básicamente.

DAYRA: Sí, eso es poderoso también y lo recomiendo mucho. Para encontrarte a ti mismo tienes que alejarte un poco… De tu territorio. Somos la geografía misma y es bueno salir de tu lugar cómodo e incomodarte en otros lugares para darte cuenta cuál es tu potencial creativo; conocerte a ti mismo a través de un viaje es muy poderoso. 

Estuve en Bogotá por muchos años y volví a Pasto a conectar con mi tierra y con el arte que trabajaba de niña. Ahí empecé con el tema de la escultura en el cuerpo. Esa escultura se basa en la esencia ritual del carnaval, algo superpoderoso, porque esa parte no siempre se siente al crear arte contemporáneo. Es más, cuando hablo sobre ello no sé ni cómo describirlo: danzar para un carnaval, ponerse una máscara, hace que sientas que invocas un montón de deidades cósmicas, sanas, luminosas, que convierten tu danza en un ente muy poderoso para el espectador que contempla esa catarsis.

Imagen por Diego Cuevas.

LATINNESS:  ¿Que significó para ti tener tu máscara presente en Homo Faber?

DAYRA: A través de la máscara que se encuentra expuesta en Homo Faber, al danzarla con mi falda y luego de ver todas esas fotos por Instagram o Facebook, sentí que volaba por la senda… Es una catarsis muy poderosa. Es un rito sagrado, muy serio, muy bonito y muy necesario para la salud mental de mi ser y para quienes nos ven. Cuando estoy en ese trance, no solo lo siento yo; las personas que lo ven también forman parte de eso y les llega ese amor. 

El propósito de mi trabajo es sembrar y cosechar el tema del amor, así parezca un poco cliché. Mi propósito pacífico es el de sembrar paz y amor por medio del color, de las figuras y de las formas, para que cuando veas todo en conjunto sientas una conexión. 

Al observar la máscara llevada por el personaje en movimiento, que da vueltas, puedes sentirla. Ese personaje por lo general recrea el baile de las figuras dibujadas en la falda y de las pinturas. De ahí que trabaje mucho la espiral. 

Mi danza siempre se hace en círculo, en espiral. Las figuras son representaciones precolombinas de la cultura de los Pastos y los Quillacingas, que se encuentran en mi territorio. Trabajo a partir de ese lugar primitivo y me doy un viaje hasta lo contemporáneo; ahí realizo un diálogo a través de la danza. 

“Conoce tu aldea y serás universal”, decía el filósofo León Tolstoi. A mí me faltaba ser más consciente de dónde vengo, de mi aldea, de mi familia, y apropiarme de mis propias pasiones y mostrarlas al mundo, compartirlas. Creo que es necesario hacerlo. Para mí es agradecer lo que recibí. 

A través de esas espirales, me muevo y doy. Es un ejercicio de reciprocidad con el arte y con la vida que tengo, y en agradecimiento a todo lo que me han enseñado.

Imagen por Felipe Santana.

Imagen por Fer Guacas.

LATINNESS: ¿Cómo se ha dado la internacionalización de tu trabajo? 

DAYRA: Bogotá es una ciudad muy importante porque tiene conexiones con el mundo. Hay mucha gente de todas partes del planeta que trabaja en el arte. 

Cuando eres artista, médico o cualquier otra cosa, te conoces con las mismas personas, esas con las que te tienes que conectar. En Bogotá conseguí conexiones artísticas con gente muy poderosa, muy sabia, muy profesional, muy sensible y muy amorosa; estas personas me abrieron las puertas del mundo y por eso la obra se conoció de manera universal. 

Desde Bogotá, me moví hacia los lugares en los que he expuesto: en Estados Unidos, Nueva York y New Orleans. También a Europa y Sudamérica. Aunque a veces soy muy ermitaña en Pasto, creo que es importante conectarse y salir de la cueva para que la gente pueda enterarse y llenarse de esa energía tan poderosa y tan linda que transmite Pasto, una ciudad situada alrededor de diez volcanes. 

Por eso en Pasto creemos que somos seres muy creativos, porque hay mucho fuego, mucho fuego creativo; somos el volcán mismo y ese volcán hay que llevarlo a Bogotá. Ese volcán hay que contárselo al mundo, hay que compartirlo.

LATINNESS: Cuéntame un poco del Carnaval de Pasto. ¿Cómo es?

DAYRA: Su nombre es el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto. Cuenta la historia que los afros, esclavos en aquella época, querían un día de descanso. Por ese entonces la esclavitud se asentaba en la ciudad de Popayán, que era la capital de Pasto. La fiesta comenzó por ese día de descanso y con la costumbre de pintarse y pintar de negro hasta las casas. 

Esa celebración duró muchos años. Luego, empezó a bajar a las poblaciones del sur de Popayán; así llegó hasta Pasto. En mi ciudad también se celebra el día de negros. Dice la leyenda que en una de esas celebraciones, en una taberna se encontraban varias personas pasadas de tragos; unas señoritas traían consigo unos talcos para perfumarse el cuerpo y algunos decidieron empezar a jugar con ellos. “Ayer festejamos el día de negros, pues hoy celebraremos el día de blancos”. Así comenzó la tradición de que en los carnavales se arranca el día de negros y luego el día de blancos. 

En la actualidad, se realiza anualmente del dos al seis de enero. Los días magnos son justamente el día de negros y el día de blancos. La fecha del primero honra a su patrono: Melchor, el Rey Mago.

Imagen por Diego Cuevas.

Fotografía: Diego Benavides.

LATINNESS: ¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿Qué podemos esperar de Dayra Benavides?

DAYRA: En este momento me siento supercontenta de estar en París, echando dibujos en mis cuadernos porque estoy trabajando para la segunda temporada de la serie de Netflix que adapta la obra Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez. 

Dentro de esta, que se estrena en diciembre, hay un capítulo en el que el autor cuenta el tema del carnaval. Yo formo parte de la investigación y de la propuesta de uno de los personajes dentro de ese carnaval de Macondo, así que estoy superfeliz, creando para ese boom latinoamericano tan importante, tan fuerte que nos dejó Gabriel García Márquez. Y lo estamos haciendo con mucha responsabilidad, con mucho poder y mucha fuerza para que la serie le haga justicia al libro. No es que se vaya a basar ciento por ciento en él, es una interpretación, pero se está haciendo una producción tremendamente poderosa.

LATINNESS: Me encanta eso que dices y me parece superresponsable que una compañía como Netflix contrate a alguien que respira, vive y que ha trabajado con el carnaval tan de cerca para que haya autenticidad…

DAYRA: Para que se sienta real. Para que cuando las personas la vean, sientan que quienes formamos parte de ese carnaval somos sus salvaguardas en ese momento. 

En el equipo de trabajo están mi mamá, mis hermanas y mi papá. Detrás de esta firma Benavides se encuentra la investigación de tres generaciones de nuestra fiesta popular de la cual nos consideramos guardianes. Y lo somos porque nos la pasamos cuidando y llevando la voz a otros lugares para concienciar, sensibilizar y visibilizar lo que sucede en Pasto y en Colombia.

LATINNESS: Justo leí que por tu sobrino vas mucho a escuelas para mantener las tradiciones y las técnicas, y continuarlas. Esto de Netflix también me parece una excelente forma de hacerlo.

DAYRA: Claro, de seguir homenajeando. Mejor dicho, la voz del carnaval se filtra hasta en esos lugares, que es donde la gente siempre se conecta: televisión y redes, y ese mensaje tiene que llegar por todas partes… hasta por Netflix. 

Mi sueño es que al ver esta escena la gente pueda decir: “Wow! Esto es lo que hay en Colombia”… y lo que hay en el mundo, porque en muchas ciudades también hay fiestas patronales, populares o algún rito similar. Esto hace que nos veamos a nosotros mismos y valoremos lo que sucede en cada región, en cada país, en cada hogar y que también nos atrevamos a contarlo, a preservarlo, a respetarlo y a cuidarlo. Sobre todo, a cuidarlo.

LATINNESS: Sobre el carnaval, ¿cómo ves la influencia que tiene el carnaval en la cultura colombiana? ¿Por qué es importante?

DAYRA: En el mundo, el carnaval se creó luego de la llegada de la peste negra a Europa. Murió mucha gente y quienes la sobrevivieron empezaron a celebrar la vida; así se inventaron los carnavales. Nuestro carnaval tiene componentes amazónicos y afros; también europeos.  

Ahora bien, el trasfondo del carnaval es la lúdica, la risa, la danza. Así mismo, soltar los miedos y las cargas energéticas que no necesitamos por medio de esa danza, del canto, del juego. 

Es muy importante para la salud física y emocional del ser humano; por eso es vital ser parte de un carnaval porque te permite jugar. Y cuando juegas, luego llegas a la casa más liviano, tranquilo y pacífico. 

Si eres cultor del carnaval, si lo haces, o si eres espectador, recibes el mismo efecto positivo; ese es su propósito. Además, son fiestas muy amorosas, muy necesarias; es un baño de juego, de alegría, una limpia. Es como si un chamán te sacudiera sus hierbas, su ruda te limpia y vuelves a tu casa un poco más en paz, más liberado. Por eso es necesario.

Imágenes cortesía de Dayra Benavides.