De la serie ‘Cold Road’ fotografiada en Bolivia.

CAFECITO CON

NICK BALLON: “LA FOTOGRAFÍA FUE MI FORMA DE COMUNICACIÓN EN UN CONTINENTE DEL QUE SABÍA MUY POCO”

Nombre: Nick Ballon
Profesión: Fotógrafo
Nacionalidad: Británico-Boliviano
Signo zodiacal: Sagitario
Instagram: @nickballon

LATINNESS: Nick, ¿cuál es tu naturaleza como fotógrafo?

NICK: Comienza con la observación. Me gusta la idea de que mi carácter introvertido se sienta tan atraído por un tema que me obliga a ir hasta donde las personas y preguntarles, incluso si no las conozco o no hablo su idioma, y si no puedo, comunicarme por otros medios. El tono es tan fuerte en lo que estoy tratando de lograr que tengo que pedir que me tomen esa foto, o al menos abordar ese tema. 

Me encanta esa parte de la intervención humana en la que hay algo dentro de mí que me fuerza a hacer esto. Naturalmente, como cualquier persona en la calle, es probable que me sienta menos atraído por detenerme y hablar con un extraño, pero como fotógrafo, sucede. Lo he estado haciendo durante años. Si estoy en un lugar y veo a alguien a quien quiero fotografiar, es algo que no puedo evitar. Es una especie de mensaje subconsciente en mi cabeza que me hace ir y tomar esa foto.

LATINNESS: ¿Prefieres fotografiar a personas que conoces o a desconocidos?

NICK: Mi carrera comenzó arraigada en el retrato editorial. Me enviaban con regularidad a fotografiar celebridades, políticos y personas importantes. Pero en realidad estaba tratando de calzar mi carrera para trabajar para los suplementos dominicales y el mercado editorial donde pensé que quería estar.

Me acostumbré a tratar con personas con egos muy grandes y nunca llegué a ellas con mi propio ego. Era bastante joven como fotógrafo en ese entonces, así que siempre me sentía un poco fuera de mi alcance en ese momento. Con el tiempo, me di cuenta de que no quería estar en este mundo de retratar celebridades o aceptar este tipo de encargos. Quería realizar fotos en mis propios términos. 

Si sentía que un retrato era lo apropiado debido al carácter de la persona, me atraía hacerlo, pero no podía decir que no ni dejar de pedirles que se tomaran la foto. Mientras que antes era como: “Tienes 20 minutos. Ve a la oficina central para fotografiar al viceprimer ministro”. Te obligan a esas situaciones en las que aprendes a nadar. De lo contrario, si empiezas a hundirte, estás en serios problemas porque tienes 20 minutos con este personaje importante que va a seguir adelante. 

Es muy difícil entablar una relación en ese momento, en especial si tienen un séquito de personas. No me gustó la inmediatez, la naturaleza apresurada y casi ser forzado a estas situaciones. Creo que lo hice muy bien, pero de manera gradual, con el tiempo y la experiencia, decidí apartarme de forma natural y abordar los temas cuando quería.

La Ciudad Rebelde de El Alto, Bolivia.

LATINNESS: Vengo del mundo editorial también, así que conozco el sentimiento. Ahora, con este proyecto, Cristy y yo podemos elegir a las personas que queremos entrevistar, y eso hace toda la diferencia.

NICK: Tú tienes el control. Recuerdo una vez que estaba en una escuela en medio de Essex y había un parlamentario que pasó de ser conservador a militar en el UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido). Esa fue la gran historia: que se fue de la derecha a la derecha extrema. Tenía puntos de vista bastante polémicos y se consideraba como el salvador del país. 

Me enviaron en esa comisión con luces, una cota de malla, un sombrero y una espada ancha. Así que estaba destinado a ser el salvador del país. 

Resultó que tenía a una persona de relaciones públicas con él y me vi obligado a persuadir a este hombre para que se pusiera el traje de caballero para la portada de la revista Sunday Times. Él no quería ponérselo, así que ambos nos vimos en esa posición “No quiero hacer esto. No quieres hacer esto”.

Ese fue uno de los puntos de inflexión en los que pensé que me alejaría de esto. Ocurrió hace mucho tiempo, pero se convirtió en un buen marcador para distanciarme del documental y tratar de crear sentidos de los lugares. Básicamente, narración de forma más larga.

LATINNESS: Has descrito tu herencia como la columna vertebral de tu práctica fotográfica. Parece que tu carrera te abrió una puerta a la Bolivia de tu padre. 

NICK: Bolivia llegó a mi vida mucho más tarde. Solo comencé a viajar hasta que cumplí los 21 años y, en ese momento, estaba estudiando fotografía, terminando mi carrera y saliendo al mundo como profesional. Antes de eso, estuve una vez en Bolivia cuando tenía cuatro años, así que mi familia me pintó una especie de cuadro sobre el largo viaje que hicimos entonces a Sudamérica.  

Cuando llegué a esa edad, después de que mi padre pasara la mayor parte de su vida en Europa, estaba allí en mis propios términos como un fotógrafo muy joven. Todo fue una sensación de descubrimiento para mí y de tratar de establecer de qué manera pertenecía en este lugar. No hablaba español (todavía no lo hago), pero he logrado muchas cosas sin un sentido del idioma. Creo que la fotografía fue mi forma de comunicación en un continente del que sabía muy poco y que me dio la posibilidad de viajar y descubrir. 

Al comienzo, me enfoqué en entender parte de mi herencia. Más tarde, todo se trató de mí intentando dar voz a este país cambiante cuando Evo Morales llegó al poder. Los indígenas tenían una especie de plataforma para lograr construir una voz y crear una sociedad más rica para ellos. Había mucho en ese punto, alrededor de la marca de 2005, que me hizo querer regresar y comenzar a hacer historias sobre esta Bolivia que se transforma con rapidez. 

Estaba intentando descubrir de qué se trataba este lugar. Desde mi juventud, mi padre me contaba sobre todos estos golpes y gobiernos títeres; un país para las élites, no para la gente. Fue tan oportuno: mi fotografía estaba comenzando a suceder en un momento en el que Bolivia había empezado un cambio.  

Creo que ambas cosas coincidieron. Entonces trataba de señalar historias de grupos indígenas, y específicamente, buscar en sitios como El Alto, justo encima de La Paz, donde esta población cambiaba rápidamente, formando una sociedad de clase media donde antes no había una. 

Gran parte de mi trabajo analizó esas transformaciones. Era una historia de esperanza y no de desesperación, que era algo que tenía como percepción de lo que era Bolivia.

De la serie Ciudad Rebelde, en El Alto, Bolivia.

LATINNESS: Exploras el concepto de extranjería y pertenencia en tu obra. ¿Cómo fue crecer en el Reino Unido? ¿Te sentiste más británico o boliviano?

NICK: Muy británico. Recuerdo cuando mi padre nos arrastraba a las fiestas de la embajada y sacaban música de flauta. Escuchábamos sonidos folclóricos tradicionales, comíamos salteñas y con el tiempo nos fuimos acostumbrando a esos sabores. 

Mi padre era muy amigo de las élites bolivianas que vivían en Londres, así que conocíamos a los bolivianos más ricos, pero eso no fue por elección. Curiosamente, cuando él volvió a Bolivia como una persona diferente, más europea, también rehuyó todo eso. Rechazaba el pasado de su familia de élite y odiaba este apego al lugar de donde procedía. Empezó a movilizarse a favor de los sindicatos y, de hecho, se convirtió en un gran apoyo para los problemas indígenas que aún se sentían mientras las cosas cambiaban con bastante rapidez. Todavía había muchos argumentos para tener en tanto la población se ajustaba a su nuevo gobierno. 

Creo que mi sentido de Bolivia se formó en dos etapas. De niño, siendo llevado a estos extraños sucesos, cuando la realidad de Bolivia se presentaba de manera muy diferente; era algo con lo que me sentía más familiarizado. Empezó a hacerme querer volver otra vez. Eventualmente, después de varios años, mi abuela y mi padre murieron. No me quedaba mucha familia; sin embargo, todavía siento esta necesidad muy arraigada de seguir viajando y trabajando allí, aunque realmente no me quede familia de sangre en el país.

Mi relación ahora es mía. No es una razón familiar para regresar, por lo que en definitiva aún hay una sensación de descubrimiento y de hacer trabajo allí, de comprender una conciencia boliviana más amplia sobre cómo se siente y actúa la población. Es parte del cuerpo de trabajo en el que estoy dedicado en este momento.

‘The Bitter Sea’.

LATINNESS: Cuéntanos más sobre en lo que estás trabajando.

NICK: El proyecto en el que estoy trabajando se llama Bitter Sea y trata acerca de la relación que tiene Bolivia con el océano. Va más allá de la sensación de pérdida de algo y de cómo el país, como colectivo, se siente con respecto a esa percepción de extravío. Cómo se compadece y celebra su pasado histórico. 

Sin embargo, ese proyecto se convirtió más en la sensación de pérdida de mi familia, que me ha acompañado en los últimos años. Es un descubrimiento personal, como volver a desentrañar cómo se desvanecieron esas partes de Bolivia, de la época en la que iba de vacaciones a los veinte años y disfrutaba de estos viajes muy familiares con algo de fotografía. 

Ahora se trata de la fotografía y de usar la historia, la narrativa del alma del océano y el tipo de consecuencias de la pérdida del mar para mí, para descubrirme todavía y ponerme en ese marco.

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Del proyecto ‘The Bitter Sea’.

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LATINNESS: Asumo que la mayoría de tu audiencia es europea. A lo largo de este descubrimiento personal, también has contado la historia de un país que se siente desconocido en tu parte del mundo. ¿Cómo ha sido esa recepción?

NICK: Por lo general, la gente está muy familiarizada con la cocina peruana, por la escala global en la que se encuentra, así que estoy golpeando constantemente la cabeza de la gente. Sin embargo, la comida boliviana es tan buena como los ingredientes andinos. Ahora, está sucediendo este asunto culinario cada vez mayor en La Paz; simplemente, hay una falta de conciencia mundial de lo que Bolivia tiene como nación. 

Antes siempre tuvo la reputación de ser el país desvalido o el más pobre, pero comparte muchos elementos geográficos con Chile y Perú. 

Una gran parte de mis historias son desconocidas, aunque en los últimos años he encontrado que entran más fotógrafos extranjeros y hacen que funcione, y salen con historias sobre cholitas que suben a los Andes y la vestimenta indígena. 

También lucho con mis propios motivos para venir como extranjero y abordar un tema que no es estrictamente mío, y cómo me apropio de algo. Por supuesto, trato de pensar mucho en no glorificar. Quiero ser humilde en estas situaciones. No deseo venir y tomar la identidad de alguien y reformarla, pues he visto que sucede, y convertirla en estas imágenes occidentalizadas como “¡Oh! ¡Tan folclórica e indígena!. ¡Mira los colores! ¡Mira estas mujeres que están escalando montañas!”. 

Esto tiene que ser tratado con mucho cuidado, en especial conmigo mismo, porque aunque afirmo ser mitad boliviano, me siento muy británico, y eso siempre está en mi mente con la forma en que abordo las historias sobre Bolivia. ¿Por qué tengo derecho a estar allí? Pero luego lo hago, porque cuento con una identidad propia para responder. 

Todavía hay muchas preguntas que me son desconocidas: ¿Cuál es mi lugar? ¿Cuál va a ser el de mis hijos en Bolivia? ¿Cómo van a viajar allí sin tener una familia de sangre? Quiero que construyan una relación temprana con Sudamérica y que entiendan esa cultura, algo que yo no tuve. Pero últimamente, creo que poseo un gran conocimiento de la política y la cultura de América del Sur, y, en cierto modo, me siento seguro de que puedo hablar sobre eso, criticarlo o también apoyarlo.  

Diferentes políticas suceden en diversas partes de Sudamérica, así que pienso que ya he conversado con suficientes personas para, al menos, formarme una opinión sobre el asunto. Sin embargo, no viene a la ligera. He visto a muchos fotógrafos ir a Bolivia, agarrar esa historia y luego desaparecer. Reconocen una historia visual o alguna narrativa que se adapte a lo que les gustaría hacer. Vienen a tomar las fotos y luego no se les vuelve a ver. Así que soy cauteloso con eso.

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‘We Feed the World’, una serie de la vida sostenible de una comunidad agrícola quechua, en El Choro.

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LATINNESS: ¿Cómo defines la diferencia entre el fotoperiodismo y la narración visual?

NICK: No estoy para fotografiar un momento. Mi ojo es, supongo, lento y errante. Aunque me clasifiqué como fotógrafo documental, contar historias es una buena porción de lo que hago. No me defino por un instante o por un período de tiempo.

Gran parte de mi narración evoluciona y requiere un sentido más profundo que pide volver atrás en repetidas ocasiones. No está ahí para dibujar una línea bajo el sol en un camino basado en eventos, lo que hace mucho el fotoperiodismo. Casi busco que mi discurso sea en cierto sentido atemporal, para que todo encaje dentro de una narrativa más amplia. A menudo vuelve a mí, contando una historia como artista. 

Creo que un buen ejemplo de esto fue cuando fotografié al histórico Butch Cassidy and the Sundance Kid, que fue una toma personal en la que seguí los pasos de los ladrones de diligencias por el sur de Bolivia, siguiendo los mitos y las historias que los obligaron a huir de la Agencia de Detectives Pinkerton. 

Estaba allí con una narrativa muy vaga que me llevó a seguir el paisaje que habrían tomado como ladrones armados, pero había un elemento de verdad, aunque estaba la pérdida del mito. Me encontraba en el lugar presentando mi propia versión de la historia. Recuerdo que cuando las imágenes finalmente se mostraron en Time Magazine en la sección Lightbox en los Estados Unidos, había muchos historiadores analizando cada artefacto que había fotografiado en un museo o en una mina de plata, diciendo: “Este no es el revólver correcto de ese momento”. 

No estaba allí para presentar una interpretación precisa de su historia y no pensaba mucho en los hechos, porque en realidad prefería los mitos referentes a dónde cabalgaban, el lugar donde los mataron y su supuesto cementerio, que, probablemente, no era en el que estaban las lápidas. En esa historia, mi intención no era representar objetivamente cuál era la verdad ni definir cuál era esa verdad. 

Creo que, como artista, hay un elemento de fluidez. Estoy haciendo mi propia interpretación de los hechos. Lo mismo con Bolivia, cuando voy, no pretendo saberlo todo y entender cada parte del país. Todavía me considero un extranjero allí. Aunque me gustaría no serlo y estar más involucrado en lo que está pasando y haberme construido un nombre en Bolivia.

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‘Butch Cassidy and the Sundance Kid’ en el sur de Bolivia.

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LATINNESS: ¿Has mostrado allí tu trabajo como artista?

NICK: Aunque he tenido varias exhibiciones en algunas galerías de Bolivia, probablemente no cuento con una reputación en el país. Soy más conocido en Europa y América. 

Con el tiempo me gustaría producir y publicar trabajos, al igual que ganar algún tipo de tracción como artista boliviano. 

Ese es un largo camino y Bolivia no tiene antecedentes en las artes contemporáneas. Aunque cuenta con varias galerías en las partes más ricas del país, es todo muy nuevo. He expuesto en un par, más contemporáneas, junto a otros artistas. Así que he hecho algo, pero creo que la mayor parte de mi reputación pertenece al mundo occidental.

‘Casa de Amor’, los garajes de amor de Cochabamba, Bolivia.

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‘Ekeko’, El Alto, Bolivia.

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Nick Ballon en Bolivia.

LATINNESS: Ambos vivimos en América Latina, como sabes, y lo que nos intriga de tu fotografía en la región es cómo capturas imágenes tan limpias a pesar de fotografiar en lugares conocidos por sus colores vivos y fondos bulliciosos. Es realmente un hermoso equilibrio. ¿Es esto intencional?

NICK: Sí. Para mí es clave la simplicidad en la composición. Siempre trato de restringir la paleta de colores, en especial cuando estoy en Bolivia. Soy muy cauteloso con los tonos andinos típicos que se presentan con demasiada frecuencia y prefiero trabajar con una gama simplificada y elementos de composición mínimos para que se restrinja a los únicos componentes grandes que he elegido para estar en esa imagen, humillando la imagen misma.

Soy yo tratando de evitar todo tipo de imágenes distintivas o tipos de tonos que históricamente los fotógrafos latinoamericanos usarían en sus fotografías, que son muy comprensibles para la audiencia occidental. Sin embargo, estoy tratando de presentar a Bolivia con una nueva luz, con mis ojos y la forma en que podría tratar un tema aquí en el Reino Unido. Es un tema constante a través de mi creación de imágenes.

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‘¡Viva Las Luchadoras!’ Una serie documentando a las luchadoras de El Alto, Bolivia.

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LATINNESS: Realmente quita el ruido y te ayuda a contar tu historia con mucha más claridad.

NICK: Como ya dije, la simplicidad es realmente clave para muchas de mis imágenes. Uno de los fotógrafos pioneros que siempre he admirado es uno italiano. No tuvo una reputación hasta que murió: Luigi Ghirri. Escribió con mucha fluidez sobre fotografía, pero su trabajo en sí mismo tiene mucha sutileza. Es muy silencioso y te hace pensar más en la imagen. 

Tomo mucho de lo que hizo, pues me pone en una posición de calma, que es la forma en que trato de acercarme a mis sujetos. Supongo que esta imagen, que se encuentra justo detrás de nosotros, es probablemente un muy buen ejemplo de eso. Carmen Rojas creo que así se llamabaes una de las luchadoras de El Alto. Logré colarme detrás del escenario para tomar retratos de ellas y de otros luchadores antes de que entraran en acción. 

No me interesaba el ruido, la lucha o la acción, sino el momento anterior a este espectáculo, que tiene lugar todos los domingos por la tarde en Atlanta, donde hay multitudes de personas que gritan mirando. 

Las damas luchan contra los malos. Me encanta este aplomo, porque se trataba de ella, no de lo que hizo, aunque era una especie de dama dura que saltaría desde esas cuerdas altas para pulverizar a Frankenstein, pero la imagen es todo lo contrario.

LATINNESS: Nunca te imaginarías que estaba a punto de pelear…

NICK: Era la mujer serena y tranquila la que anticipaba esto. Era parte de una serie, así que este es un retrato de eso. Pero creo que resume el nivel de quietud que me gusta lograr en una imagen.

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‘Ezekiel 36:36’, documentando los restos de una aerolínea boliviana.

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LATINNESS: Nick, descubrimos tu trabajo en Instagram. ¿Cuál es tu opinión sobre la fotografía en la era de las redes sociales? 

NICK: Las tomo como una herramienta. Las uso como un lugar para compartir el funcionamiento de algo. Las utilizo mucho como un espacio intermedio para mostrar. También como una herramienta educativa para permitir que las personas que siguen mi trabajo comprendan mejor los procesos y el pensamiento detrás de cómo se hacen las imágenes o de dónde provienen.

Es una herramienta increíblemente útil y la empleo más para eso que como un lugar real para mostrar el trabajo terminado. Es muy restrictivo en muchas formas de composición y no creo que muestre las imágenes de la mejor manera. 

La veo como una especie de herramienta de comunicación para poder hacer que la gente contemple mi trabajo en los sitios en donde quiero que lo vean, ya sea en una exposición o en una revista impresa. 

Considero que tengo la edad suficiente como fotógrafo para apreciar los beneficios de la impresión y tanto como me es posible, cada vez que tengo la oportunidad de trabajar con revistas impresas o de publicar mi trabajo en lugares más largos, ese es, en última instancia, mi juego final. 

Prefiero trabajar por poco dinero sabiendo que lo que hago va a ser bien publicado, impreso y exhibido en hermosas revistas. Los libros son mucho más largos en términos de la línea de tiempo, pero encuentro que las publicaciones son un lugar inmediato para mostrar proyectos de largometraje.

LATINNESS: Por curiosidad, ¿tienes una cámara favorita?

NICK: Sí. Ahora estoy menos apegado a las cámaras y las veo más como artefactos para el trabajo correcto. Muy a menudo, en los últimos años, he estado escalando muchas montañas, por lo que las cámaras pesadas tienden a ser un dolor de cabeza. Si trabajo por mi cuenta, siempre vuelvo a la Pentax 67, que es una antigua cámara de formato medio, seis por siete, voluminosa y lenta. 

Me encanta trabajar de manera lenta y en cualquier cosa que me haga detenerme y pensar un poco más en la imagen que estoy a punto de tomar. Además, el hecho de que solo tenga diez fotogramas, en lugar de fotogramas ilimitados, es algo bueno. 

Dondequiera que esté, soy más feliz al trabajar de manera lenta, considerada y sin prisas. Esto me remonta a cuando hablaba de retratos y odiaba la idea de tener solo 15 o 20 minutos con alguien, pues prefiero construir relaciones y trabajar en historias más largas.

Detrás de escena de ‘The Bitter Sea’.

LATINNESS: ¿Tienes un proyecto soñado?

NICK: Sí, el Bitter Sea, que lleva mucho tiempo en desarrollo porque, como probablemente ambas saben, la vida se interpone en el camino. Tuve un par de hijos y experimenté un cambio en mi relación con Bolivia, ya que mi abuela y mi padre murieron en los últimos siete años. Así que he estado pensando en lo que significa Sudamérica para mí y en cómo sigo viniendo. Y eso ha significado mucho para un proyecto que comencé hace tanto tiempo.

Amalgamate es cómo ha cambiado eso, porque se ha transformado mucho desde entonces. Y los niños significan que tengo menos tiempo para mí, por lo que no puedo irme con facilidad a viajes largos. América del Sur o Miami estaría bien, pero con niños es difícil. Y ahora que he experimentado este tipo de pérdida de mi linaje y mi familia en Bolivia, he tenido que repensar esa relación con Sudamérica. Así que todo el punto de ese proyecto ha cambiado. Y lo estoy viendo desde mi propia perspectiva de cómo trabajo a través de esta pérdida de mi familia, por medio de este proyecto.

Imágenes cortesía de Nick Ballon.