DETRÁS DEL LENTE
SANTANDER, COLOMBIA POR DANIELA LÓPEZ
Cuéntanos un poco sobre ti y sobre tu relación con Santander. ¿Qué te llevó aquí y qué significa este lugar para ti?
Tengo 34 años y nací en Bucaramanga, Santander. Desde niña he sentido una profunda atracción por las montañas y las flores. Crecí en una ciudad asentada sobre una meseta, rodeada de árboles, montañas, cantos de pájaros y una gran diversidad de flores. Tal vez por eso desarrollé una sensibilidad especial hacia la naturaleza y su belleza.
Hace algunos años descubrí la fotografía analógica, una experiencia mágica para mi en ese momento, que me permitió documentar momentos efímeros y volver a encontrarlos solo al revelar el carrete. Para mi las fotos proporcionan un medio para retener intensamente un instante.
Viajar y recorrer distintos lugares de Santander tiene gran importancia en mi vida. La cultura y el folclore son elementos esenciales en mi trabajo, y conocer más sobre la historia de la región donde nací me conecta con mis raíces y me permite cuestionarme quién soy y entender de dónde vengo. Honro y respeto el territorio, así como a quienes han estado allí antes que yo.
¿Cuál ha sido tu mejor descubrimiento en este destino?
Nunca había ido a Barichara. Lo visité este año y fue una de mis experiencias más significativas. Me sorprendía pensar que, tan cerca de donde pasé la mitad de mi vida, existiera un lugar en el que parecía posible volver en el tiempo.
Llegar a Barichara fue, para mí, una metáfora de lo que busco como artista. Sus calles permanecen intactas y, al entrar en las casas, la sensación es la de viajar a otra época. Conocí la casa del señor Domingo, un hombre de 90 años que vive solo y conserva todo tal como estaba hace más de cuatro décadas. Hay en ello un aire de melancolía, como si el tiempo se hubiera detenido, pero también algo valioso: preservar los saberes de quienes habitaron esos espacios y encontrar la forma de que perduren, incluso cuando el mundo contemporáneo y la tecnología empujan en otra dirección.
Si tuvieras que escoger tu cosa favorita de Santander, ¿cuál sería? (puede ser un lugar, comida, paisaje, actividad, etc.)
Es difícil escoger solo una cosa favorita, así que me quedo con dos 🙂.
Desde hace años siempre regreso a un hostal ubicado en lo alto del cañón del Chicamocha. Son pequeñas cabañas de madera construidas de forma respetuosa con la montaña, situadas en la parte más alta del cañón. Es uno de los lugares más tranquilos y hermosos en los que he estado.
Y ya que he mencionado Barichara, el cementerio del pueblo. Es un lugar muy especial porque las tumbas están hechas de piedra tallada, uno de los saberes ancestrales de la región. Cada tumba lleva un detalle único que representa a la persona que descansa allí: su oficio, su pasión, su identidad. Recuerdo, por ejemplo, la de un pastor con una oveja tallada sobre su tumba.
¿Qué es lo más especial y único de Santander que no has visto en ningún otro lugar?
El Cañón del Chicamocha: increíblemente místico y majestuoso. Sus colores cambian con la luz, a veces puedes ver distintas gamas de azules y verdes según la hora del día. Su inmensidad y profundidad le dan un misterio único, como si guardara secretos de miles de años atrás.
¿Alguna palabra o expresión típica santandereana que te encante?
¡Pero dígame!
Si Santander tuviera un soundtrack, ¿qué canciones incluirías?
Mi viejo – Piero
La llorona – Chavela Vargas
Pequeña serenata diurna – Silvio Rodriguez
Periodico de ayer – Hector Lavoe
Dos gardenias – Antonio Machin
Duerme, Negrito – Mercedes Sosa
Binomio de oro – Me Ilusione
Mil Congojas – Jose Antonio Mendez
Amor profundo – Hermanos Gutierrez
La Nave Del Olvido – Jose Jose
Tonada de Luna Llena – Simon Diaz
Conversa Comigo Mesmo – Baden Powell
Zé e Paraná – Azymuth
¿Qué significa para ti la belleza?
Para mí, la belleza va más allá de lo estético. Es una exploración de la vida cotidiana y de aquello que nos rodea, de los pequeños detalles. La belleza habita en lo inesperado, en lo que se aparta de los estándares convencionales y logra despertar una emoción auténtica.
¿Un consejo para alguien que quiera empezar en la fotografía y dirección creativa?
Compra una cámara point and shoot y sal a la calle a hacer fotos, ojalá mientras escuchas música. También es fundamental nutrirse de referentes: mirar libros, leer y ver películas. Todo esto afina la mirada y enriquece la forma de contar historias.
¿Tu restaurante favorito?
Elvia en Barichara.
¿Dónde tomar buen café?
Café bajo sombra.
Para una dosis de naturaleza, ¿qué lugar visitarías?
Páramo de Berlín.
Si se trata de explorar, ¿qué recomiendas?
Iría a una plaza de mercado local. En Bucaramanga, por ejemplo, está la plaza central: puede resultar un poco intensa, pero es un lugar muy interesante de recorrer.
¿Dónde ver el mejor atardecer en Santander?
En La Mesa de Los Santos.
¿Qué comida o bebida típica todos deberían probar?
Arepa santandereana y la oblea.
¿Algo que todos deberían saber antes de viajar a Santander?
Las personas hablan muy duro y a veces pueden parecer enojadas. Los santandereanos no son especialmente efusivos o cariñosos, pero eso no significa que no sean amorosos; simplemente expresan el afecto a su manera.
¿Un “day trip” desde Santander o un lugar para escaparte cerca?
Visitar algún pozo o cascada en Mogotes. Está a solo una hora en bus desde Bucaramanga.
¿A qué huele Santander?
Santander huele a lluvia, a tierra mojada.
¿A qué sabe?
Sabe a arepa santandereana.