DETRÁS DEL LENTE
SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA POR MAURICE SÁNCHEZ
Nacido en Santo Domingo, en 1972, Maurice Sánchez es un artista multidisciplinario que ha dedicado su vida a investigar y a documentar las diversas manifestaciones estéticas de la cultura popular dominicana. ¿El objetivo? Reflexionar, a partir de ellas, temas relacionados con identidad y progreso.
Ha exhibido su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, en el Centro León de Santiago y en el Centro Cultural de España, en Santo Domingo, así como en el Brooklyn Museum de Nueva York.
También participó en la Trienal Poli/Gráfica de San Juan y el Meca Art Fair, en San Juan, Puerto Rico, y en la Bienal de la Habana, en Cuba.
Además, publicó Flow Tropical (@elflowtropical), con Ediciones de a Poco, un libro que documenta la gráfica popular dominicana, y es director creativo y partner en la agencia Pardo (@holapardo – @pardo.agency).
Instagram: @mauricesanchezr
Desde tu perspectiva, ¿qué te atrae de una ciudad?
Es una combinación de temas, como esas relaciones peculiares entre espacios y personas. Olores, colores, sonidos, alguna cadencia o ritmo particular de ciertas actividades, las formas ingeniosas en las que se presentan las cosas, las soluciones y espacios improvisados. La arquitectura en uso, en evolución.
¿A qué huele Santo Domingo?
Al Mar Caribe.
¿A qué sabe Santo Domingo?
A un derretido de queso, con pan de agua tostado y tomates verdes de la Barra Payán original, antes de su remodelación. Acompañado, claro, de una batida de Zapote Ca. El “Ca” es porque usan leche evaporada Carnation.
¿Cuál es el barrio más pintoresco de la ciudad?
En mi opinión, Villa Consuelo, Villacon. Uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad. Un paseo necesario si se quiere ver y conocer mucho de Santo Domingo en muy poco tiempo.
Desde los comercios y buhoneros de la Avenida Duarte, las importadoras, las tiendas de ropa, perfumes y zapatos. Las grandes distribuidoras farmacéuticas y los almacenes de alimentos. Las joyerías y las casas de empeño. El Mercado de Villa Consuelo.
Los talleres artesanales que trabajan con madera, metal, costura y tapicería.
Las hermosas y pintorescas viviendas de estilo tradicional que contrastan con drinks y discotecas de estilo Mambo Futurista.
Los fines de semana repletos de gente en el “Malecón” detrás de sus proyectos habitacionales.
Las aceras que se convierten en extensiones de las casas, con visita, música y cerveza.
La casa que vende tragos Bin Laden y accesorios para Hookah.
La Agencia de Discos Robert, El Big Leaguer, con una gran colección de vinilos en venta. Es probable encontrarse un día cualquiera con el debut de The New York Dolls y el de The New York Band.
En las noches se puede pasar de bailar son en El Secreto Musical a Dembow en El Pantalón o en cualquiera de sus reconocidas discotecas y drinks.
Villacon lo tiene todo.
¿Mejor descubrimiento?
El Secreto Musical. Un negocio familiar que pasa los 40 años de tradición en Villa Consuelo.
Un espacio auténtico y muy particular, decorado con luces y guirnaldas de colores, recortes de papel, afiches, avisos y fotografías conmemorativas. Mesas pequeñas con manteles floreados.
Una selección musical impecable de son, salsa y ritmos tropicales de la mano de DJs septuagenarios en un ambiente cálido y democrático. Baile, ron, cerveza y conversación para compartir con todo tipo de personas sin distinción.
Todo esto además en la noche de un martes, cerrando a las doce en punto con una rifa para los que llegan temprano y encuentran un ticket con su mesa.
¿Si tuvieras que escoger tu cosa preferida de Santo Domingo, ¿cuál sería?
Serían dos cosas, pero que están muy conectadas.
Una actividad: las Fiestas del Libro de Miguel D. Mena y sus Ediciones Cielonaranja (www.cielonaranja.com). Convocadas algunos sábados por la tarde, generalmente en el Parque Pellerano Castro o Parque Rosado, llamado también el Parque de los Poetas.
Son encuentros con mucha conversación, lecturas, venta de libros, caras conocidas o nuevas y cerveza del Colmado que queda justo en frente.
Un lugar: la azotea de la casa de Miguel en San Carlos, en las reuniones de los martes. Siempre buena conversación, Gabina, los gatos, una vista muy interesante de la ciudad, los patios y edificios cercanos.
Un soundtrack que mezcla sonidos de vecinos, iglesias y colmados. Y en una esquina, por un pequeño hueco, puede verse el mar.
¿Cuál fue tu primera impresión de Santo Domingo?
Mi primera impresión fue la de una ciudad con acceso al mar, horizontal, arbolada, llena de color y de vida, con gente en las calles. Gente creativa que improvisa formas de vivir, con colmados en cada esquina, con música en las aceras. Hasta que llegó el “Nueva York Chiquito”.
¿Si Santo Domingo tuviera una canción, qué canción sería?
La Mar de Santo Domingo, de Eddy Núñez
O Jardinera, de Rita Indiana y Los Misterios.
Si Santo Domingo tuviera una gráfica, ¿cuál sería?
Definitivamente su gráfica popular, la gráfica que adorna las Bancas de Apuestas. Un estilo hoy reconocido por todos y creado por Lolo Jackson.
Descubrí a Lolo y su particular estilo hace más de 20 años, cuando todavía era algo que se encontraba muy focalizado en algunos barrios de la parte alta de Santo Domingo, en cafeterías, salones de belleza, barberías, boutiques y clubes de video.
Luego Lolo comenzó a aplicarlo a algunas Bancas de Apuestas y el fenómeno de su propagación por toda la ciudad y la isla ya es historia.
Una mezcla de colores neón, escarcha, personajes apropiados de dibujos animados, tipografías inspiradas en cómics, frases prometedoras de dinero y fortuna. Algo verdaderamente único.
Cuando viajas a Santo Domingo, no te puedes perder…..
Un colmado, son el corazón de los barrios, la ciudad y de todo el país. Un rato en un colmado es una experiencia dominicana concentrada.
Un paseo por la calle El Conde, desde Caamaño hasta Michael Jackson. Y cerrando con unas bolitas de queso y una Cerveza Bohemia en el Palacio de la Esquizofrenia, Café El Conde.
¿Algo que todos deberían saber antes de visitar Santo Domingo?
Que probablemente van a escuchar mucho las frases: “eso es peligroso” y “hay que tener cuidado”, pero no hay que temer. Santo Domingo está lleno de movimiento, ruido y caos. También de gente alegre, amable, cálida y solidaria. El sentido común es más que suficiente para moverse sin problemas por la ciudad.
¿Qué es lo más especial y único de Santo Domingo, algo que no hayas visto en ninguna otra parte?
Me encanta su Desfile Militar anual en la conmemoración de la Independencia Nacional. Detesto las armas y me parecen muy innecesarias las Fuerzas Armadas, pero esta celebración ha sabido vengarse de su herencia Trujillista.
Este evento confirma al Malecón como eje natural de la ciudad, convocando a un montón de personas, desde militares hasta niños, y ha vencido al estado dominicano en todos sus esfuerzos por separar este evento de la celebración del Carnaval.
El resultado es un espectáculo en pleno Malecón con el Mar Caribe de fondo, niños disfrazados de policías y militares, militares con las caritas pintadas, haciendo piruetas en motores, caballos, tanques de guerra y botes que nunca verán acción en el resto del año o de sus vidas.
Vendedores ambulantes, comida callejera, música desafinada de las bandas militares, el ruido de aviones y helicópteros, banderas de papel pisoteadas y globos de Peppa Pig, Masha y El Oso o Los Minions, flotando en el aire repleto de chichiguas (cometas).
Un espectáculo realmente fuera de este mundo.
¿Qué es la belleza para ti?
Algo que no puedo evitar retratar, que hace que me detenga a mirar. Algo que está en muchas personas y en todas partes.
¿Una palabra o frase?
KLK (¿Qué lo qué?). Es algo así como “Hola, ¿qué tal?, ¿qué pasa?, ¿qué haces?”.
¿Una comida o bebida local?
Me encanta el queso de hoja. En el país hay mucha presencia libanesa, entonces los quipes (kibbeh), se han convertido en una especie de hijo adoptivo de los dominicanos. Están en todas partes: en cafeterías, panaderías y colmados.
De hecho mucha gente debe pensar que son una comida puramente local. Yo no como carne, pero también los hacen rellenos de queso o vegetales.
Retrato por Jaime Guerra.
