5

CAFECITO CON

ALESSANDRA GARCÍA: “CADA CHICA ELEGIDA ES UN PASO ADELANTE HACIA UNA MAYOR DIVERSIDAD”

Nombre: Alessandra García
Profesión: Modelo
Lugar de nacimiento: Los Ángeles, Estados Unidos
Herencia: Cubanoamericana
Signo zodiacal: Geminis
Instagram: @alessandragl 

LATINNESS: Eres cubanoamericana, criada en Estados Unidos. ¿Puedes contarnos más sobre el lugar dónde creciste?

ALESSANDRA: Mis padres crecieron en Miami. Ambos son cubanos y se fueron justo después de la revolución, como en 1961 o 1962. Mi papá se mudó a Los Ángeles cuando tenía 20 años y mi mamá se fue con él; en ese entonces todavía estaban saliendo y ella estudiaba en la Universidad de Miami. Mi hermana Dominique nació en Miami, porque por aquellos días había una huelga de actores en Los Ángeles; el resto de mis hermanos y yo, nacimos y crecimos en Los Ángeles. Mi infancia y mi juventud la pasé yendo y viniendo entre los dos lugares, porque mis tías, tíos, abuelas y primos viven en Miami, así que la mayoría de veranos los pasábamos allá. Por lo general, estamos allí unos cuatro o cinco meses al año.

LATINNESS: Entonces, ¿qué tal tu experiencia de crecer en Los Ángeles? Supongo que allí la cultura latina no es tan fuerte como en Miami.

ALESSANDRA: Fue un equilibrio interesante, porque la mayoría de mis amigos en Los Ángeles no son latinos. Sin duda, mi cultura era única en mi entorno y eso me encantó. Amaba tenerla mientras iba creciendo pues estaba muy orgullosa de mis padres. Por la forma en que nos criaron, siempre nos sentimos honrados de nuestra herencia cubana y nunca fue algo de lo que me avergonzara. Me encantaba el contrapeso que había entre las dos ciudades en las que crecí. En Miami, desde el momento en que aterrizas, no te sientes como si estuvieras en los Estados Unidos, ya que su comunidad latina es muy diversa.

En cierto sentido tuve que luchar debido a mi identidad que es más estadounidense y es que en Miami hay muchos latinos y saben español. Crecí en Los Ángeles donde no lo hablaba todos los días, así que no lo hago bien en comparación con mis primos y mis amigos de allá. En ese sentido, soy una verdadera cubanoamericana, por esa cultura estadounidense en la que tuve que crecer, siendo el inglés mi lengua dominante. Mientras estoy en Miami, hay un 50/50 entre los dos idiomas. La gente conversa en español con sus abuelos o con sus amigos o con otras personas en la calle. ¿Sabes? Vas a una tienda en Miami y la mayoría hablan español. Los anuncios que ves en la ciudad, definitivamente son diferentes, el porcentaje en inglés es más alto. Sin embargo, estoy muy orgullosa y me siento muy conectada con la cultura cubana.

LATINNESS: Tu padre Andy García es un gran defensor de la historia y de la cultura cubana. Cuando pienso en tu papá, pienso en la isla. ¿Cómo te ha influido?

ALESSANDRA: ¡Es genial! No hay muchas celebridades cubanas en el spotlight, así que eso siempre ha sido algo que lo ha vinculado y de lo que está muy orgulloso; es un gran defensor de la difusión de la conciencia y de la historia de su país. Por eso, siempre he sentido que es importante usar mi pequeña plataforma para hablar a favor de la cultura cubana, porque no mucha gente lo hace. Esta isla misteriosa y la relación que las personas tienen con ella es muy diferente. Crecimos sin aprender realmente sobre el sentido de su historia pues lo que vemos en Estados Unidos es más del tipo “la crisis de los misiles cubanos”. Al final del día, hay muchas cosas que las personas no saben y siento una gran responsabilidad en usar mi voz para decir la verdad y difundir lo que está sucediendo. Espero con ello que los demás puedan llevarse algo, de la misma manera que quiero saber sobre otras culturas.

LATINNESS: ¿Cómo fue crecer con padres famosos?

ALESSANDRA: En Los Ángeles no es tan genial. La industria del entretenimiento es una parte tan importante de la vida de las personas en esa ciudad que casi todos tienen un familiar en ella; o son productores, escritores, directores, actores o diseñadores de vestuario. Siempre hay alguien vinculado, así que no es tan extraordinario; crecer allí fue como ser “diez centavos por docena”. Mis padres son normales y muy reservados. Por supuesto fue fantástico poder ir a algunos estrenos geniales y viajar, pero al caer la tarde, cenábamos en la mesa a las 7:00 p.m. y todo estaba tranquilo. Mi papá me llevaba a la escuela, mi mamá me recogía… Somos una familia normal.

4

LATINNESS: Volviendo a tu educación estadounidense, ¿hubo un momento en el que realmente sentiste tu latinness?

ALESSANDRA: La gente tiene en mente cómo se ve y suena una persona latina, y quién es. Siempre quiero traer a la mesa lo que soy, pero no necesariamente me veo como lo que la gente piensa que es un latino. Quizás me veo un poco, pero existe un estereotipo, porque así es como los medios nos han retratado. Cada cultura tiene su apariencia y me encasillan en algo como ‘Está bien, bueno, sí, puedes parecer latina, pero no sería una cuestión de diversidad porque nadie va a saber que lo eres’. Un par de veces en mi trabajo me han blanqueado pues no me veo lo suficientemente latina para el consumidor o la revista, pero si tan solo me hablaran, lo sabrían: soy latina. Y con eso me identifico —la comida, la música, las tradiciones—, en especial con la cultura cubana.

Creo que mi latinidad está ligada a mi familia, a mis amigos y a la comunidad que me rodea. Lo que crecí escuchando en Navidad, Pascua y Año Nuevo, todas estas tradiciones que tenemos y que permanecen vivas en nosotros gracias a lo que nos enseñaron las generaciones anteriores. Eso es lo que me mantiene latina. Fui a Colombia por primera vez recientemente, específicamente a Cartagena, para la despedida de soltera de mi prima, y me pareció muy divertido ver lo que era ese país a partir de eso, ver los lazos y las conexiones, la belleza y la calidez. Creo que es un arcoíris increíble de culturas latinas para celebrar, por eso me encanta lo que están haciendo… Es una excelente manera de demostrarlo.

LATINNESS: Recién te mudaste a Nueva York para estudiar producción cinematográfica. ¿Por qué elegiste esa ciudad en lugar de quedarte en California?

ALESSANDRA: Bueno, no quería ir a la universidad en Los Ángeles. Tenía muchas ganas de irme y hacer algo fuera de donde crecí. Fui a Boston durante mi primer año y lo odiaba, así que me iba para Nueva York todos los fines de semana y me enamoré de la ciudad. Conseguí un montón de amigos allí y pensé que era un lugar genial para hacer crecer mi independencia.

LATINNESS: ¿Y cuándo entró en escena el modelaje?

ALESSANDRA: Empecé a modelar al final de mi segundo año de universidad. Antes, durante el verano del año anterior, alguien se acercó a mí en un centro comercial y dije que tal vez lo pensaría. Di el paso y conocí a algunas personas, pero luego decidí que solo quería ser estudiante y disfrutar de mis años universitarios. Después, en mi segundo año, pensé que podría estar dispuesta a ganar un poco de dinero y ver qué pasaba. En ese entonces, la moda apenas estaba adoptando la diversidad y sentí que era un momento importante para involucrarse y ser parte de ello. Al principio entré, pero todavía estaba a tiempo parcial en la escuela, porque quería obtener mi título. De hecho, me tomó cinco años terminar, ya que también trabajaba. Al graduarme, firmé con IMG y fue entonces cuando comencé de tiempo completo.

LATINNESS: Has caminado por la pasarela de Dolce & Gabbana y trabajaste con H&M, entre otros grandes nombres. ¿Cuándo dirías que se presentó tu primera gran oportunidad?

ALESSANDRA: No sé. Siento que tengo metas y sueños en la industria de la moda que aún no he cumplido, porque si bien hay cosas de gran éxito comercial que quiero hacer, también está el mundo editorial y llegar hasta más allá. En cuanto a mis campañas y a las marcas con las que he trabajado, he hecho unas increíbles por las que estoy muy agradecida, pero todavía hay otras metas que me gustaría alcanzar, como editoriales, revistas y la alta moda… Apenas estoy empezando.

Es un poco difícil para las chicas con curvas poner el pie en la puerta grande pues seleccionan siempre a un número limitado de personas y hay muchas chicas hermosas. Así que, imagínense, es más complicado conseguir esos trabajos porque son muy pocos y distantes entre sí. Creo que la industria se está volviendo más diversa y esto es emocionante. Cada chica elegida es un paso adelante hacia una mayor diversidad, lo cual es increíble.

LATINNESS: ¿Dónde crees que se encuentra la industria de la moda hoy en términos de inclusión?

ALESSANDRA: Sobre este asunto se ha presentado un gran cambio durante los últimos cinco años, pero creo que puede hacerse mejor. Todavía existe una especie de “sistema de élite” que decide qué es genial e interesante y quién es bonito.

Lo primero que vemos en la industria es ropa en una pasarela y creo en este escenario aún falta mucho trabajo en términos de inclusión. Ahí se hacen las muestras y es en donde observamos por primera vez esa imagen de belleza que nos presenta el diseñador. Creo que desde allí, el efecto dominó puede ayudar a cambiar al sector y a guiarlo hacia una dirección más positiva, porque esa es nuestra primera interacción: mirar la prenda en la persona, cómo la percibimos y la evocamos.

Cuando los editores —ustedes saben esto mejor que yo, pero puedo imaginarlo— están planeando las sesiones de fotos y su estilo, solo contribuirá al tema verlo en chicas que no son de una talla o un color de piel específico. ¡Hay tantos colores para elegir en la caja de crayones! ¿Por qué te limitas a ese pequeño paquete? Se puede hacer una hermosa foto que cautive, pero sin una chica de talla cero, tal vez incluyas a un par de mujeres de diferentes tamaños y no solo a una blanca… También serán imágenes hermosas y encantadoras.

En eso está la clave en términos de editoriales y campañas o de cualquier imagen que produzcas en el ámbito de la moda: se trata de crear una representación atractiva que no signifique “vamos a limitarnos”. Que se condicione la belleza así es muy peligroso para mí.

LATINNESS: ¿Sientes que ha habido un cambio real?

ALESSANDRA: Creo que la gente se está poniendo a la altura de las circunstancias, pero a veces miro Instagram y veo algunas marcas que me hacen pensar que no es suficiente. Siento que es mucho más fácil de lo que piensan y no entiendo por qué no quieren dar el paso. Comprendo que hemos estado tan condicionados a pensar de cierta manera sobre lo que es la belleza, que algunas personas todavía están atrapadas en este sistema de lo que se considera bello.

Me frustro mucho cuando veo las redes sociales, porque ese es el lugar en donde consumimos más imágenes, así que es tan importante lo que se pone ahí como lo que se publica en las revistas. Me frustra pues es una tarea simple y moralmente correcta, y creo que a veces se la pasan tirando la pelota.

Tengo esperanza y confío que de esta charla sucedan muchas cosas; con suerte, eso se filtra al resto. Con frecuencia tengo estas conversaciones con las marcas cuando se comunican conmigo o simplemente les envío un DM para decirles: “Oye, veo que ofreces esta talla, ¿por qué no usas mujeres de ese tamaño?. Y en lo que respecta a los influencers, ¿por qué no les mandas el producto a esas chicas para que te den fotos y puedas publicarlas y que veamos realmente lo que estamos consumiendo?”.

Les pregunto, por ejemplo: en los últimos cinco años, ¿han visto un cambio en su forma de pensar frente a la diversidad? Yo sé que funciona para mí. Si veo a chicas más diversas, me sentiré mejor conmigo misma. Y serán tan hermosas e inspiradoras como las que poblaban la mayoría de las imágenes que solíamos ver hace cinco años. Les puedo garantizar que las tallas que más se venden son las más grandes.

LATINNESS: ¿Te imaginaste trabajando en el ojo público?

ALESSANDRA: No, mis dos hermanas son actrices y yo siempre fui la chica que estaba detrás del escenario. Hice obras de teatro en la escuela, pero en la parte de producción, maquillaje y peinado, y vestuario. Nunca fui la que estaba en primer plano, no quise ser actriz. Entonces no, nunca pensé que iba a ser la que estuviera frente a la cámara, pero acá estamos.

Por Chloe Rosey

LATINNESS: Hemos visto que cocinar es una gran pasión para ti. ¿Cuándo empezaste a hacerlo?

ALESSANDRA: A los doce años. Me encanta cocinar, es una terapia para mí, para distraerme de las cosas. De hecho, creo que es una especie de tratamiento para la mayoría de las personas, porque eres capaz de concentrarte en algo y orientarte solo en la tarea. Soy alguien que se mueve por la vida un poco rápido y soy torpe en ese sentido, así que cocinar me obliga a ir más despacio y a tener paciencia. Me ha enseñado a ser paciente, a vivir el momento y a estar presente. Es una buena práctica para eso. Me encanta ser anfitriona, adoro invitar a amigos a cenar, amo tomar vino con ellos y ese tipo de entretenimiento.

LATINNESS: ¿Es una pasión heredada de tus padres o tus abuelos?

ALESSANDRA: A mis papás les encanta cocinar y gracias a ellos la encontré. Y aunque quiero mucho a mis abuelos, no eran tan buenos anfitriones como mis padres.

LATINNESS: ¿Ves un futuro para ti en la industria culinaria?

ALESSANDRA: Lo he pensado y quizás pase, pero cocinar es algo muy sagrado para mí, así que dudo un poco en monetizarlo solo porque es muy personal. Pensé en tal vez hacer un libro de cocina, algo para honrar la herencia de mi familia. La comida cubana es deliciosa, ¿por qué no?

LATINNESS: ¿Tienes un plato favorito o una especialidad?

ALESSANDRA: De la comida cubana, me encanta la vaca frita. La hago todo el tiempo. Es deliciosa al igual que el de pollo. Amo las dos.

LATINNESS: ¿Y con qué la acompañas?

ALESSANDRA: Mi mamá hace un congrí delicioso, una mezcla de frijoles negros y arroz, pero a mí me gustan los granos por separado. Adoro los plátanos fritos y la ensalada de aguacate.

LATINNESS: ¿Qué consejo recibiste que te haya quedado grabado?

ALESSANDRA: Uno en particular y a medida que envejezco se ha vuelto cada vez más importante, especialmente para las mujeres porque nos socavamos mucho: nunca tener miedo de preguntar por pensar que nos puedan decir no. Así que debes asegurarte de que te valoras lo suficiente como para pedir un aumento u obtener una mejor oportunidad. Mi mamá asegura: “Siempre pueden decir que no, solo pregunta”.

También poner límites porque nos cuesta —y siempre me he sentido así— decir no. Somos más de complacer a la gente, de responder: “sí, claro”, pero con el paso de los años, he aprendido a convertirme en una persona más fuerte para agregar también: “Está bien”, “¿qué tal esto?”, “¿podemos pedir más de esto?”, “no puedo hacer esto”. Tienes el valor; no te socaves solo porque es fácil.

LATINNESS: Una última pregunta, ¿qué es lo que más amas de tu herencia latina?

ALESSANDRA: Cómo vivimos la vida al máximo y cómo nos encanta celebrar. Siento que a los latinos nos fascina festejar todo. Miro a las personas que me rodean, los hombres y mujeres de mi vida que son latinos, y digo que saben cómo vivir. Definitivamente lo saben. No lo dan por sentado.

 

Fotos cortesía de @alessandragl