CAFECITO CON
CAMILA BASURCO: “EL LUJO VERDADERO ESTÁ EN EL PROCESO QUE EXISTE EN LO ARTESANAL”
Nombre: Camila Basurco
Profesión: Diseñadora
Nacionalidad: Peruana
Signo zodiacal: Leo
Instagram: @camilabasurco
LATINNESS: Camila, cuéntanos de ti, ¿dónde creciste y dónde estás ahora?
CAMILA: Soy peruana y estuve en Perú hasta los 18 años; allí hice el colegio. Luego, me fui a vivir a Milán para estudiar Fashion Business en la Marangoni. Permanecí tres años y después estuve otros tantos trabajando en moda. Colaboraba para otras marcas, sobre todo en la parte de comunicación, estrategias e imagen. Estuve en una italiana y en una francesa.
Como buena latina, desde muy pequeña tenía impregnado el espíritu del emprendimiento. También gracias a mi familia. Siempre supe que quería hacer algo para mí; por eso, como tesis de proyecto de grado para la Marangoni le di vida a The Last.
Primero, fueron trajes de baño. Al comienzo era un poco improvisado porque era un proyecto aparte y no pensé que iba a terminar dedicándome a él casi al 100 %. Cada vez que volvía a Perú diseñaba colecciones pequeñas, me iba y las vendía entre mis amigas. Con el tiempo, fue creciendo orgánicamente mientras trabajaba para otros en Milán.
Hasta que llegó el punto en que decidí que quería trabajar para mi misma. Y empecé a hacer consultorías freelance para marcas. The Last seguía como un hobby, pero siempre iba creciendo.
LATINNESS: ¿Y esto a dónde te llevó?
CAMILA: Siempre quise ir a China, a Asia, y se me presentó la oportunidad de trabajar para una galería de arte y para una marca de zapatos que se llama ASH. Eso fue justo antes de la pandemia.
Luego, me quedé en Lima. Estábamos totalmente encerrados, así que empecé a retomar The Last. Sabía que se habían presentado bastantes problemas con los artesanos en la producción, pero mi pasión por la cultura latina y la artesanía me llevó a realizar las colecciones con artesanos. No solamente de Perú; también trabajé con algunos en Marruecos, México y Colombia, al menos ciertas piezas. En cada viaje trataba de recolectar lo que más me gustaba.
Durante la pandemia, entré en contacto con unas artesanas que tejen alpaca y, por supuesto, se quedaron sin pedidos; les habían bloqueado todo. Por esos días estaba pensando mudarme a Madrid, pero antes decidí hacer una colección de chalecos de baby alpaca con ellas. Eran pequeñas cantidades al comienzo y fue para probar, volver con The Last y dejar un poco de lado la consultoría, porque eso también se había quedado quieto. Gustó muchísimo y ahora estoy acá.
Después, creé una colección de verano, porque la marca fue creciendo y pensé: “Voy a dedicarme más a esto que a buscar clientes como consultora”. Y en eso ando.
LATINNESS: ¿Qué te llevó a Madrid?
CAMILA: Madrid siempre fue el punto de encuentro con mi familia. Como muchos latinos, también sentimos a Madrid como un refugio dentro de Europa. Y bueno, mudé todas mis cosas de Milán a la capital española. No quería desligarme totalmente de Latinoamérica, de Perú, que siempre va a ser mi casa, pero acá también cuento con un hogar: mi hermana está acá. Entonces, tengo dos residencias: Europa, porque ya llevo viviendo nueve años entre Italia y Madrid, y Latinoamérica.
LATINNESS: ¿Cómo ha influido la mezcla de ambas residencias en tu marca?
CAMILA: Mucho. En mi “Main Collection”, a veces se percibe un twist europeo, por los cortes lineales. Para crearla, hago bastante research: voy a vintage stores o cojo prendas hechas acá para inspirarme. Luego, pongo ese toque latino, que es lo que me gusta y creo que se nota.
Por ejemplo, el uso de los cuadros vichy es algo a lo que recurro desde pequeña y ahora que está de moda, los utilizo aún más. Muchas marcas europeas también lo tienen. Por supuesto, cuando lo ves no dices: “es latino”, pero en algunos cortes de las prendas sí hago una mezcla entre lo europeo y lo latino, que al final se retroalimenta de los viajes, lo que veo y lo que me gusta.
LATINNESS: Vemos que las piezas de The Last rescatan la artesanía latinoamericana. ¿Con cuáles comunidades colaboras y cómo es este proceso creativo?
CAMILA: Es llegar al lugar, buscar e investigar. Mi proceso es ir, escudriñar, preguntar, meterme en su mundo y enterarme de cómo hacen las cosas. En Perú ya estaba en contacto con algunas artesanas desde muy pequeña por mi madre; siempre hay alguien en la familia que conoce a alguien que teje o que hace otra cosa. Es muy orgánico.
En Oaxaca me fui sola a recorrer los mercados de la ciudad, preguntando, conociendo… Totalmente abierta. La verdad es que la acogida ha sido superbuena, porque ellos están contentos de trabajar y de crear con alguien. Después, cuando les enseñas las fotos, ven sus prendas en las modelos o que salen en alguna revista o photoshoot les hace muchísima ilusión. Es bonito todo ese proceso.
LATINNESS: Nos llaman la atención tus Special Magic Pieces. Cuéntanos sobre ellas.
CAMILA: Son piezas mágicas y especiales porque están creadas mediante procesos artesanales que cuentan historias. Cada prenda tiene algo que contar. Están elaboradas con técnicas que se pasan de generación en generación, por eso llevan ese nombre. Y creo que es muy bonito, porque también da a entender qué estás recibiendo.
Cuando entregamos cada pieza le añadimos un certificado con el nombre de la artesana que la hizo, así como la información de la composición; es decir, como si fuera literalmente una obra de arte. Además, si hicimos seis piezas de un modelo, es 1 de 6 y va firmada. Así le damos la importancia real que tiene un producto artesano.
LATINNESS: Como marca sostenible, ¿cuántas colecciones se crean al año?
CAMILA: La marca ha ido creciendo orgánicamente. Desde el año pasado estoy de lleno con ella y lo que quiero es respetar mucho los tiempos que toma hacer cada colección o prenda. Sale muy poca cantidad, o sea, no soy una marca grande. Estoy sola en la labor.
En mi “Main Collection” sacamos unas treinta piezas, aunque eso depende de los modelos. Si veo que tiene éxito o si gusta, se van haciendo más. Y en lo que es artesanía, como la colección de Oaxaca, cada pieza tarda lo que me toma fabricarla con los artesanos. Pueden ser dos semanas o hasta meses.
Tengo también la opción de hacerlo bajo pedido. En ese caso, mi labor es explicarle al cliente que se respeta el tiempo del proceso de cada prenda y que le puede llegar de tres semanas a un mes. Es bonito, porque la clienta no ve la hora de que esté en sus manos. Es decir, no es un fast fashion que lo compras y ya.
LATINNESS: The Last demuestra un estilo de vida. Como directora creativa no solo eres la cara de la marca, también representas una nueva generación de diseñadores latinos. ¿Cuáles son esos valores que diferencian a esta nueva oleada latinoamericana?
CAMILA: Creo que hay mucho orgullo latinoamericano y mucha pasión. El latino es pasional, le encanta saber que cada prenda tiene una historia pues eso le da un valor añadido.
LATINNESS: Nos conocimos a través de Instagram. Cuéntanos, ¿qué importancia han tenido las redes sociales en el desarrollo de tu carrera?
CAMILA: Se lo debo todo a las redes sociales. O sea, detrás de The Last estoy solo yo. No tengo un grupo que invierta muchísimo ni tampoco gasto montones en marketing.
Agradezco totalmente a Instagram pues me parece una plataforma que te puede ayudar a crecer, en especial a alguien que está emprendiendo y que no tiene un sustento económico muy grande para poder hacerlo con rapidez. Te permite estar en los ojos de todo el mundo.
Me han llegado pedidos de Japón y Hong Kong y cuando los alisto me pregunto: “¿Cómo es que estoy armando un paquete a esos lugares? No hago una inversión en marketing ni siquiera en Instagram Ads. ¡Hasta ahora no he hecho ni una!”.
Es una fantástica plataforma si la sabes aprovechar. Depende también de cómo la muevas. Recibir mucho apoyo de seguidores que tienen buenos números en sus cuentas y que son influyentes de una u otra manera también ayuda muchísimo.
LATINNESS: ¿Dónde buscas inspiración?
CAMILA: Mercados es lo que más me inspira. Cuando llego a algún destino, el primer lugar al que quiero ir es a un mercado, porque siento que la comida, los olores y la gente es lo que más me inspira. En Oaxaca, donde más conseguí artesanos, fue tomando desayuno a las 6:00 a.m. en el mercado.
Los colores de las frutas y verduras que tenemos en Latinoamérica no los encuentro en un mercado en España. Contamos con una gran riqueza en esta parte del mundo.
LATINNESS: Tienes un estilo impecable. ¿Cuál es tu filosofía al momento de vestirte?
CAMILA: El color y la comodidad, por un lado, y que sean prendas que siempre usaría, por el otro. No soy de utilizar siluetas ajustadas; prefiero todo bastante suelto. Por ejemplo, los vestidos Lefi de mi “Main Collection” son one size y mi mamá y mi hermana se los ponen. Están pensados para diferentes tipos de cuerpo, porque tú misma lo puedes ajustar con un cinturón.
LATINNESS: ¿Donde ves The Last en diez años?
CAMILA: A ver, tengo sentimientos encontrados con eso, porque también me encanta mi trabajo como consultora creativa para marcas. Es algo que me apasiona; amo aprender de ellas y ayudarlas a crecer. Además, encuentro inspiración en estos proyectos, sin importar si son más pequeños o más grandes.
También quiero que The Last siga evolucionando. Adoro que por el momento se produzca en pocas cantidades y que sean piezas únicas. Por supuesto, me encantaría que crezca y aumente el volumen, pero por ahora estoy contenta con este crecimiento paulatino.
LATINNESS: Hablando de eso, ¿hiciste algo para Luisa Beccaria cuando estabas estudiando?
CAMILA: Exacto. En ese entonces trabajaba para esta y otras marcas, y The Last era un proyecto aparte. En una de esas colecciones, hicimos cestos de paja, una especie de ‘carterita’ fabricada en Perú. Por esos días no se veían tanto. Ahora muchas marcas los han sacado. Antes, una cartera de paja con jeans y camisa era impensable.
Mi mamá conocía una artesana que le hacía canastas decorativas y maceteros para la casa. Me acuerdo que por curiosa le pregunté si también elaboraba los cestos que se usaban como loncheras para el colegio y empecé a crear con ellas una colección. La llevé a Milán y mis amigas me hicieron pedidos. Una era Luna Bonaccorsi, hija de Luisa Beccaria. Le llamó mucho la atención y se las enseñó a su madre. A ella le gustó muchísimo, tanto como para integrarla a la marca.
Entonces me propusieron realizar esta colaboración. Pensé: “Wow! Luisa, que hace vestidos hermosos de alta costura y desfiles, que yo le interese… Ufff”. Al europeo le atrae mucho lo que hay detrás de un producto. Además, un producto de lujo no tiene que estar necesariamente firmado por una marca de lujo; el lujo verdadero está en el proceso que existe en lo artesanal.
Les conté un poco de cómo se hacían y luego les presenté a mis artesanas. Les encantó que todas eran mujeres. Fue así que creamos una colección de cestos con los forros de sus telas y salieron muy bonitos. En ese momento recuerdo que mis amigas me mandaban fotos de gente en Milán, caminando con las cestas de paja y eso me emocionaba mucho.
LATINNESS: ¿Y buscas hacer más adelante este tipo de colaboraciones?
CAMILA: Claro, me encantaría. Creo que con las colaboraciones las marcas crecen mucho mutuamente. Aprende una de la otra y también dan a conocer su versatilidad.
LATINNESS: ¿Qué es lo que más amas de ser latina? ¿Qué te distingue de tus amigos europeos?
CAMILA: Justo lo hablé hace poco con mi hermana. Si estamos en una reunión o en una fiesta, se nota cuando alguien es latino. El espíritu latino es contagioso, es alegre. Es algo que se percibe desde lejos.
En mi grupo de amigos en Italia, por ejemplo, yo era la única latina. Y cuando me presentaban, lo hacían con orgullo y les daba gusto invitarme a cenar o a eventos, porque me convertía en la alegría de la ocasión, fuera cual fuera.
Imágenes cortesía de Camila Basurco.