DETRÁS DEL LENTE

BARRA DA LAGOA, BRASIL, POR ROSSINA ABRIL

Rossina Abril es una fotógrafa de moda y retratista conceptual nacida en Montevideo, Uruguay. Se inició en esta última y en el autorretrato de forma autodidacta a los 14 años.

Más tarde, recién cumplidos sus 18, decidió formalizar sus conocimientos con estudios de Cine en Madrid. 

Tras su regreso a su país natal, se introdujo en el mundo de la fotografía de moda, escena en la que se ha desarrollado profesionalmente. No obstante, ha mantenido el tipo de imágenes que capturó desde su adolescencia como proyecto personal.  

Su trabajo se ha publicado en Vogue Latinoamérica y sus retratos han tenido gran difusión en revistas digitales.  

Instagram: @rossinaabrilf

¿Qué te llevó a Barra da Lagoa?  

Mi amor por Brasil empezó a los 13 años, casi al mismo tiempo que mi amor por la fotografía. Desde entonces lo visito una o dos veces al año. Ir allí siempre es una experiencia mágica y renovadora; todos sus rincones me resultan fascinantes, desde sus ciudades más pobladas hasta sus playas vírgenes. Tras haber visitado varios lugares de ese país, me enteré por un amigo cercano de un lugar llamado Barra de Lagoa. Lo describió como un paraíso escondido en Florianópolis y desde ese momento supe que quería ir. 

Finalmente, en 2018, después de un año de mucho trabajo, decidí pasar mis vacaciones allí. Emprendí viaje con mochila, cámara analógica y varios rollos. Fue un mes y medio de conocer el sitio, sus alrededores y su gente. También pasé mi cumpleaños allí, entre autorretratos y paseos por escenarios mágicos.

Me enamoré de Barra desde el primer día, y volvería mil veces más.

¿Cómo llegas a Barra da Lagoa? 

Una de las razones por las que decidí ir allí es la cercanía que tiene con Uruguay (mi país de origen) y lo fácil que es llegar por tierra. Primero fuimos desde Montevideo a La Paloma, donde estuvimos unos días y de allí salimos en bus hacia Florianópolis. Este último tramo desde Floripa hasta Barra lo hicimos en un bus local que demoró más o menos una hora y media.

¿A qué huele Barra da Lagoa? 

Huele a mar y a verde. Está rodeada de morros llenos de vegetación espesa y flores de todos los tamaños. 

¿Si tuvieras que escoger tu cosa preferida de Barra da Lagoa, ¿qué sería? 

Lo que más me gustó de allí fueron los paraísos escondidos que tiene. Para llegar a algunos de los lugares es necesario conocer a los nativos y entablar vínculo con ellos, porque son quienes saben todo del lugar. También me gustó la variedad de escenarios que puedes encontrar, desde playas hermosas, morros llenos de vegetación, bosques, partes de ciudad, el canal que cruza el pueblo y las bellas casitas que lo rodean.

¿Cuál fue tu primera impresión de Barra da Lagoa? 

El primer día que llegué me hospedé en una cabaña en el centro del pueblo, así que lo que vi inicialmente no fue la parte más natural del lugar. Me impresionó que hay muchas familias, sobre todo mujeres, madres con sus hijos y abuelas, que se sientan en las veredas con carteles de “aluga-se” (se alquila). En lugar de ponerlos en las casas correspondientes, ellas se pasan horas y horas ahí sentadas a la espera de captar turistas. Eso me impresionó bastante, pero después me di cuenta de que solo ocurre en el centro de la ciudad, supongo que por la superpoblación de visitantes que hay allí.

Si Barra da Lagoa tuviera un soundtrack, ¿qué canciones incluiría?

  • Alguém cantando de Caetano Veloso y Gal Costa.
  • O bem do mar de Gal Costa.
  • A paz de Gilberto Gil. 
  • Luz do sol de Caetano Veloso.
  • Preciso me encontrar de Marisa Monte.
  • Morro velho de Milton Nascimento.

Cuando viajas a Barra Da Lagoa, no te puedes perder… 

Hacer la trilha da boa vista (el buen sendero de vista) a Galheta.

¿Algo que todos deberían saber antes de llegar a Barra Da Lagoa?

Los mejores lugares para hospedarse están el morro.

¿Qué es lo más especial y único de Barra Da Lagoa, algo que no hayas visto en ninguna otra parte?

La hospitalidad de los nativos y la tranquilidad del lugar pese a ser una zona turística.

¿Qué es la belleza para ti? 

La belleza es placer y autenticidad. Ese brillo que emanan los lugares, las personas, los momentos e incluso los objetos, que me obliga a parar, observar y agradecer en algún lugar de mi ser por estar allí en ese instante.