¿Qué te llevó a Barra da Lagoa?
Mi amor por Brasil empezó a los 13 años, casi al mismo tiempo que mi amor por la fotografía. Desde entonces lo visito una o dos veces al año. Ir allí siempre es una experiencia mágica y renovadora; todos sus rincones me resultan fascinantes, desde sus ciudades más pobladas hasta sus playas vírgenes. Tras haber visitado varios lugares de ese país, me enteré por un amigo cercano de un lugar llamado Barra de Lagoa. Lo describió como un paraíso escondido en Florianópolis y desde ese momento supe que quería ir.
Finalmente, en 2018, después de un año de mucho trabajo, decidí pasar mis vacaciones allí. Emprendí viaje con mochila, cámara analógica y varios rollos. Fue un mes y medio de conocer el sitio, sus alrededores y su gente. También pasé mi cumpleaños allí, entre autorretratos y paseos por escenarios mágicos.
Me enamoré de Barra desde el primer día, y volvería mil veces más.