CAFECITO CON
JULIAN BEDEL: “SI LA SUERTE TE TOCA, TE TIENE QUE AGARRAR OCUPADO TRABAJANDO”
Nombre: Julian Bedel
Profesión: Fundador Fueguia 1833
Nacionalidad: Argentino
Signo zodiacal: Piscis
Instagram: @julianbedel
LATINNESS: Nos gustaría empezar desde el nombre tan original de Fueguia, ¿cuéntanos por qué lo escogieron?
JULIAN: Fueguia era una india de la Patagonia que fue secuestrada por Robert Fitzroy, oficial de la Marina Real Británica, a principios del siglo XIX. Ella fue llevada a estas especies de freak shows que hacían los ingleses victorianos en donde mostraban cautivos de todo el mundo a Europa. La devolvieron después de cinco años.
En ese segundo viaje que hizo Fitzroy a la Patagonia, llevó a Darwin, que entonces era apenas un joven botánico. Ahí Fueguia lo conoció. ¿El problema? Cuando ella regresó a la Patagonia, su familia, sus amigos y su tribu no la reconocieron y terminó completamente abandonada y negada. Es una historia muy triste.
La elección del nombre se debió en parte a un interés por mostrar el otro lado de lo que fue el imperialismo. Todo el discurso botánico es muy lindo, pero también hubo secuelas sociales. La idea era hacer un homenaje a estos personajes que sufrieron muchísimo la llegada de los europeos, como ocurrió en toda América, desde Canadá hasta Tierra del Fuego.
De Fueguia queríamos mostrar la historia desconocida pues no es famosa y su nombre es muy difícil de pronunciar.
LATINNESS: Sin embargo, uno lo recuerda mucho.
JULIAN: Sí, eso es lo bueno que tienen las cosas difíciles, que se aprenden. Si es muy fácil no es tan memorable.
LATINNESS: Hablando un poco de tus inicios, Julian, leímos que entraste a este mundo de casualidad. Inicialmente fuiste consultor de marcas.
JULIAN: Al comienzo era un artista plástico, como mi padre y mi hermano. Lo mío era la pintura y la escultura. También tuve un pasado de lutier, pero trabajaba más que nada en arte, en mi taller. La parte de marcas y de diseño era lo que hacía para vivir, lo que me daba de comer, porque además desarrollaba mis pinturas y mis cosas. Hice un par de proyectos para bodegas y museos que me pidieron crear su identidad visual y verbal; eso se me daba fácil, así que no invertía mucho trabajo ni tiempo en ello y me pagaban bien.
Luego pasé al desarrollo de perfumes, específicamente a la creación de los paisajes aromáticos. Poder extraerlos de las plantas, rodearme de aromas y de olores que tienen un significado o de hierbas medicinales, me encantaba. Sin embargo, no me considero un perfumista. Por más que sea yo el que hace todas las fórmulas, pienso que los perfumistas tienen una educación y una cultura que es completamente diversa. Existe una cultura del perfume y una tradición del perfume como tal. No siento que forme parte de eso. En mi caso, se trata más de la tradición de la naturaleza y del olor de las plantas… de crear con eso.
LATINNESS: ¿Cómo conectas esos paisajes aromáticos con otros lugares diferentes a Argentina donde tienes tiendas, teniendo en cuenta que al inicio evidenciaban una relación directa con tu país?
JULIAN: Era por tradición. Allí vivía y allí me desarrollé. Hasta los 35 años estuve en Buenos Aires; me movía por Argentina, aunque residía en la capital. En realidad nuestras colecciones tienen diferentes conceptos: antropología o personajes, armonías y destinos. Hay una parte inspirada en lo geográfico y otras en la literatura o en la música. También existe una colección que se llama fábula o fauna que evoca los animales de Sudamérica. Pero después esas conexiones permitieron incorporar regiones o culturas no solo de nuestro continente. Es el mismo approach en la creación.
LATINNESS: Dicen que el sentido del olfato se conecta profundamente con la memoria. ¿Qué quieres que tus clientes se lleven con las fragancias de Fueguia?
JULIAN: En realidad, la forma en que comencé a extraer aromas de las plantas y a combinarlos nació después de leer el paper de medicina del Premio Nobel del 2004, obra de la doctora Linda Buck. Ella fue la primera científica en hacer el decode del genoma del bulbo olfativo. En pocas palabras, de entender cómo funciona nuestra nariz.
Y en ese paper, que es fascinante, corto y muy bien escrito, te cuenta cómo estamos cableados y la importancia de lo que desencadena el olor en nuestro cerebro y luego en nuestro cuerpo. No tenés que ser un médico para poder entender todo.
No solo es responsable de las memorias. Obviamente, estas tienen un imprint visual, y en nuestro caso también un imprint aromático, pero lo más importante es que a medida que olemos algo nuestro cuerpo crea hormonas o hace un kickstart en la secreción de hormonas que cambia la pulsación sanguínea, la presión arterial y la percepción del tiempo. Hay muchos procesos que se dan en simultáneo mientras tienes la experiencia de estar oliendo algo.
LATINNESS: ¿Podrías describirnos ese proceso?
JULIAN: ¿Qué es oler? En esta acción hay una parte física en la que la nariz absorbe las moléculas volátiles que existen en las cosas que nos rodean y luego la mucosa de nuestro bulbo olfativo se impregna de ellas. Pero, ¿qué pasa? Que la naturaleza diseña estos grupos de moléculas con cierto grado de dificultad. O sea, hay olores que son extremadamente complejos, lo que quiere decir que están compuestos de muchísimas moléculas, como el café, el tabaco y la vainilla. Y hay otros más frágiles y sutiles, compuestos por menos moléculas, como el de los pinos de coníferas. Las flores están in between.
Lo interesante es entender que muchas de estas moléculas volátiles no tienen olor, si bien son responsables de crear el impacto y la transformación en nuestro cuerpo. Por ejemplo, cuando estás expuesto en la naturaleza y de repente sientes que te encuentras en peligro; luego entiendes que hay un animal que te está observando y que puedes ser víctima. Nuestro cuerpo percibe las hormonas de ese animal que son volátiles y que nos dan una señal de alerta. Esto significa que la nariz es un radar, un sensor para identificar oportunidades y peligros.
Es gracias a la nariz que uno descubre qué cosas nos gusta comer y qué cosas son buenas para nosotros y cuáles no. El problema es que mucho de lo que consumimos lo fabrica el hombre. Le dan un olor muy rico, pero en realidad no es bueno.
La incidencia de las moléculas volátiles en nuestro cuerpo también se percibe en algo tan primitivo como la reproducción, incluso entre seres humanos. El hombre puede captar el olor de la mujer con quien quiere reproducirse, nuestras feromonas, la sustancia química que segregan ambos sexos, aunque no estamos tan entrenados para identificarla.
LATINNESS: ¿Y qué papel juega la memoria?
JULIAN: Es muy interesante lo que decías de la memoria. En realidad viene conectada con tantos otros aspectos de nuestro cuerpo donde el olor es clave. Es un actor clave.
LATINNESS: Cuando piensas por ejemplo en Buenos Aires, ¿qué te evoca?
JULIAN: Las ciudades son todas muy sucias, así que intento preservar las cosas lindas: recuerdos de parques o de lugares o de situaciones gastronómicas en las que lo visual y lo aromático confluyen. Hay ciudades que tienen mucha humedad, como Buenos Aires, donde el olor fétido permanece en el ambiente. O sea, las ciudades por definición no son sitios de los que suelo guardar una memoria olfativa.
Pero en Argentina vivía cerca del zoológico, donde también había mucho olor a lobo marino y a elefante. Además tiene muchísimo verde, es muy abierta, el aire circula y me encanta. De ahí, de sus parques, recuerdo una selección de árboles espectaculares, de jacarandas. Para mí Buenos Aires es muy jacarandas, en especial en verano o en primavera. En invierno es mejor no estar ahí.
LATINNESS: Luego de que leíste el paper, ¿qué sentido quisiste darle a la marca?
JULIAN: Como vengo del arte, la marca se transformó en mi nueva paleta para poder expresarme en lugar de pigmentos o de materiales. Esto es todavía más poderoso que un mensaje visual. Mi fascinación iba por ahí, por todo lo que podía crear con eso. Era mucho más interesante de lo que me permitían mis capacidades.
Como pintor no me estaba yendo muy bien, así que lo aromático me ofrecía una paleta diferente. Me daba la posibilidad de expresarme de una forma más diversa que la pintura o la escultura, porque con ellas tenía otro tipo de limitaciones. El poder creativo del olor para darle vida a un mensaje artístico, me cautivó.
Lo bueno del arte es que no te da respuestas. Uno como artista plantea preguntas, deja la incertidumbre. No tiene que contestar; eso depende de vos, de qué te puede generar. Como artista gestar el problema está buenísimo. Y para hacerlo se me ocurrió montar una instalación que fuera una perfumería.
Entonces, el origen de Fueguia no se centró en una marca comercial de productos, sino en concebir una instalación artística, en la que la gente entraba y levantaba unos balones para conocer un total de 15 perfumes. Fue como un experimento. Y le puse Fueguia porque era el nombre que tenía en mi cabeza.
El local era simple. Todo rodeado de terciopelo con una mesa central y 15 perfumes. No involucró una gran arquitectura. Pero las extracciones y combinaciones llamaron muchísimo la atención de la gente y las querían comprar. Fue así que seguí el juego de esta perfumería como un invento artístico. Nunca quise una marca, ni ser perfumista. Lo que quería era tener esta herramienta, disfrutarla y explotarla. Hablo del olfato, poderosísima, y con toda la flora que hay en Sudamérica, aún más.
En Argentina existe una gran cantidad de plantas. Extraerlas, hacer combinaciones y exponerte a la problemática de ese perfume, resultó ser además un muy buen negocio.
LATINNESS: Que maravilla. Tú has visto el potencial de las colaboraciones. Has colaborado con Hauser and Wirth y Mos Def. ¿Qué buscas en estas alianzas?
JULIAN: Con Hauser estábamos hablando para que fueran artistas de la galería, porque justamente el proyecto de la instalación también era transferible a otras instancias, a otras creaciones. Y Hauser tenía un gran interés en crear, en contar con un artista que usara el medio olfativo. Terminamos por darle vida en conjunto a tres perfumes, que se inspiraron en distintos lugares de la galería, como si fuesen obras. Un artículo que exponen y que tiene una intención comercial, como también ocurre con las obras pictóricas, y decidimos otorgarle la forma de un perfume.
La colaboración con Hauser parte de lo que sería una relación entre artista y galerista, y de un atractivo mutuo para hacer cosas juntos. Y Yasiin, uno de los fundadores del hip-hop y cliente, se sintió fascinado con los perfumes. Un día me dijo que quería conocerme y le respondí: “tenés que venir a mi laboratorio en Milán que te va a divertir horrores” y después de un par de meses nos visitó. Estaba con la idea de producir un disco con el nombre de Negus y quería tener un perfume que representara ese trabajo, un olor que lo descifrara.
También hicimos uno con el Jewish Museum de New York para Leonard Cohen, una interpretación de él y su obra convertida en un perfume. Con Rolls Royce realizamos una alianza para “destilar” el olor de sus autos: esa mezcla de cuero, madera y plástico.
Fueron colaboraciones muy sencillas y no muy comerciales. No se vendieron millones de botellas, pero fueron genuinas.
LATINNESS: Hemos trabajado en la industria por muchos años y conocemos a muchos creativos como tú que tienen miles de ideas, experimentan con distintos medios y son muy talentosos. Pero a veces esos experimentos no siempre terminan en algo tan exitoso. ¿Cuál crees que ha sido la fórmula de éxito de Fueguia?
JULIAN: Yo me lo pregunto a veces. Tengo muchos amigos, creativos y artistas; a unos les va bien, a otros no tanto. Siento que el trabajo constante es determinante, así como la buena suerte. De hecho tuve muchísima buena suerte, aunque siempre me agarró trabajando a full y creyendo en el proyecto. Es esa combinación divina de decir: “sí, esto que estoy creando, esta idea que tengo, este concepto whatever, I believe in it. Después, bueno, si la suerte te toca te tiene que agarrar ocupado trabajando.
Por otro lado también incidió cierto tipo de inocencia, porque dio la casualidad de que al construir algo que fuera creíble para una persona que entrara y pensara “es una perfumería”, sin saber mucho de cómo era, terminé por innovar en un área de retail que venía por un camino. El approach de Fueguia era algo novedoso, distinto a lo tradicional y a lo que experimenta la gente que le gusta el perfume. No fue una estrategia extrema, marketera, para promocionar una marca de perfume.
De hecho tampoco nos consideramos una marca. Somos una empresa que crea perfumes, porque tenemos todo integrado de manera vertical: la destilación, el research, la carpintería. La marca sí es la cara de interacción, pero va más allá… está en todo lo que hay detrás.
Además, hay algo en los locales. Te diré que más del 50 % de las personas que entran no tienen idea de lo que es Fueguia; muchos lo hacen porque les parece atractivo el lugar. Y cuando se dan cuenta de los perfumes, se ponen a oler y se fascinan. Es ese aspecto de sorpresa lo que llama la atención: las botellas iluminadas que al descubrirlas te permiten conectar con olores que son naturales, que te remiten a algo.
Todo lo que representa la marca, la empresa, la Patagonia y demás son aspectos secundarios que vienen a posteriori de ese oler algo que luego te fascinó.
LATINNESS: ¡Es un poco de todo!
JULIAN: Hay gente que entra conociéndola y está esperando. Es un poco de todo, pero tiene que estar bien ecualizado. Si la ecualización es mala, va a sonar mal.
LATINNESS: ¿Algún proyecto futuro? ¿Qué podemos esperar de ti?
JULIAN: Muchos. Ahora nos están llegando unas máquinas. Tenemos nuevos equipos de extracción que se llaman supercríticos. Es una tecnología high tech para la industria farmacéutica que permite extraer moléculas de plantas. Ya lo hemos usado. Ahora vamos a tener la producción in house. Esto nos posibilita sacar nuevas facetas de una planta, diferentes a las que ya conocíamos con extracciones tradicionales. Entonces el olor de la rosa es más completo, tiene más layers, más profundidad, más notas. Estamos creando nuevas líneas con eso.
También nuestra línea de inciensos, porque al tener la carpintería y usar maderas espectaculares, podemos utilizar el polvo que se suelta para hacer nuestros inciensos, que es un producto que me gusta más que las velas. Adoro el humo y el acto de quemar algo y transformar un espacio con la nube perfumada.
Además, tenemos locales nuevos: en Dubai, en Qatar, y en Osaka; en Londres estamos buscando locación. Muchos pop ups de verano o de invierno. Si no estoy mal, en México estaremos en el Palacio del Hierro. Vamos a hacer algo con ellos como para que den a conocer una pequeña parte de la colección, unos diez o quince perfumes, pero lo suficiente como para empezar a revelar nuestra historia. México es muy federal. Hay que estar en todo el país, en Monterrey, en Guadalajara, en el DF, en las afueras del DF. Hay muchos lugares interesantísimos.
LATINNESS: Yo viví en México casi seis años y es un país maravilloso que nunca paras de descubrir. Ahora bien, siempre le preguntamos a nuestros entrevistados qué es lo que más aman de la cultura latina.
JULIAN: De mi cultura latina, amo muchas cosas, porque no me considero un típico latino. No soy el arquetipo de lo latino, pero al vivir en otro continente aprecias cosas que dabas por sentadas dentro de lo que es lo latino, que tenemos por ejemplo en Uruguay y en Argentina, pero también en Brasil, que me gusta muchísimo. Mi hermana vive en México y viajaba bastante allá.
Hay una característica soft latina, gentil, que creo que no existe en Europa, que es diversa y se aplica a todo, incluyendo a la familia y los amigos. El latino es una persona muy familiar. Le dedicamos tiempo a estar con los amigos, a disfrutarlos, y en otras culturas eso es más difícil o se vuelve más esporádico o son tiempos más cortos.
Quizás se trata del tiempo. En realidad lo latino, es tomarse el tiempo para poder hacer nada entre amigos o en familia. Decir “esta tarde me la tomo”, “el finde voy acá” o “si tengo que estar una hora más, estoy”. Eso no es muy común.
LATINNESS: Disfrutar la vida.
JULIAN: Creo que sí. Esa es nuestra gran enseñanza.