CAFECITO CON

LAS FUNDADORAS: KELLY TALAMAS Y CRISTINA CABARCOS

Nombres: Kelly Talamas y Cristina Cabarcos
Profesión: Fundadoras LATINNESS
Lugar de nacimiento: Miami, Florida, Estados Unidos / Ciudad de Panamá, Panamá
Signo zodiacal: Capricornio / Escorpio
Instagram: @latinness_

 

KELLY: Lo primero es lo primero, ¿qué café puedo ofrecerte? Yo estoy tomando un cortadito

CRISTINA: Estoy lista para mi capuchino y muy emocionada de verme contigo hoy.

KELLY: ¡Lo logramos! Finalmente estamos lanzando LATINNESS. Creo que mucha gente nos va a preguntar por el nombre. ¿Cómo lo explicarías?

CRISTINA: Cuando le agregas -ness a un adjetivo, se convierte en sustantivo. La idea era crear una palabra que englobara toda nuestra latinidad, esa cualidad que todos compartimos.

Fotos por Oliver Mint.

KELLY: Bien, ahora que hemos aclarado eso, ¿cuándo dirías que te diste cuenta de tu latinness?

CRISTINA: Al crecer en Panamá, siempre me sentí muy orgullosa de ser latina, en especial por las historias de fortaleza de mis abuelas Maruca y Delfina.

Maruca nació y se crió en Panamá y fue, en muchos sentidos, la girl boss. Durante el día, trabajaba en una empresa de contabilidad mientras criaba a sus 7 hijos. Ella era un alma latina: cantaba, leía poesía y me enseñó a bailar salsa con el 1, 2, 3. Delfina me mostró la resiliencia. A los 28 años, huyó de Cuba al comienzo de la revolución con dos niños pequeños. A través de ella, conocí mis raíces cubanas. Desafortunadamente, falleció este año y nunca pudo regresar.

Ambas fueron una fuente de inspiración cuando encontré mi latinidad. Luego, a los 18, me mudé a Boston, Estados Unidos, y fue la primera oportunidad que tuve de sentirme extranjera y celebrar mis diferencias.

¿Y cómo fue contigo?

Foto por Miguel Aguel.

KELLY:  Nací y crecí en Miami (que es más o menos una extensión de América Latina), de madre cubana y padre estadounidense de ascendencia palestina. En la escuela, la mayoría de nosotros éramos estadounidenses de primera generación, nacidos de padres latinos que emigraron a los Estados Unidos, sobre todo cubanos. Si soy honesta, dado que todos teníamos una historia similar, no aprecié la singularidad de la misma.

Mi herencia palestina se consideraba más rara en ese momento. Una vez que me fui a la Universidad fuera de Miami, me di cuenta de lo diferente que era mi comunidad en comparación con el resto de los Estados Unidos. Me sorprendió saber el poco conocimiento que existía sobre la cultura latina lejos de las principales ciudades cosmopolitas, como Miami. Fue entonces cuando comencé a valorar mi herencia y la historia de mi familia, y me inspiré para ser más expresiva al respecto.

Años más tarde, cuando me mudé a México, el orgullo por mis raíces se apoderó de mí, pues mientras me encantaba conocer y celebrar la cultura mexicana, también descubrí que extrañaba muchas de las costumbres y tradiciones cubanas a las que estaba habituada. Vivir en América Latina también ayudó a que comprendiera a mis abuelos y a sentirme conectada con ellos de alguna manera.

Foto por Celia D. Luna

KELLY: ¿Crees que mudarte a Colombia creó una nueva apreciación por tu cultura latina?

CRISTINA: Panamá era parte de Colombia, ja, ja, ja. Los colombianos son muy buenos anfitriones. Acá, conocí hombres y mujeres con una inmensa alegría de vivir. Gente apasionada que disfruta de largas comidas con amigos. Las noches de Cartagena son exuberantes: la comida, el baile y el canto, ¡y es tan sofisticada! Es algo que se puede ver en la moda colombiana, por ejemplo.

¿Cómo viviste tú esa experiencia de mudarte de México a Colombia?

KELLY: Diría que fomentó aún más mi orgullo por mi herencia latina y mi aprecio por la riqueza cultural de la región. Una cosa es viajar de un país a otro, pero vivir y experimentar el día a día ayuda a desarrollar una comprensión y una admiración más profundas de cada cultura y de su gente. México jugó un papel fundamental en mi vida, tanto personal como profesionalmente, y estaré eternamente agradecida por esa experiencia. Es una ciudad inmensa (e intensa),pero me enamoré desde el principio. Todavía extraño la cultura, los colores, los sabores y la sobremesa con mis amigos.

Colombia fue una transición fácil, pues los colombianos son cálidos y acogedores. Hay muchas similitudes entre Bogotá y la Ciudad de México, y hay una parte que realmente me hace sentir como en casa, por ejemplo, cuando viajo a Cartagena: el clima cálido y la actitud relajada del Caribe me recuerdan a Miami de alguna manera.

CRISTINA: ¡Sin tu café cubano!

KELLY: Ja, ja, ja, muy cierto. De hecho, ahora que hablamos de ese tema, ¿recuerdas cuándo nos conocimos en persona después de intercambiar un millón de e-mails de trabajo?

CRISTINA: ¡Sí! Fue durante tu primer viaje a Panamá. Te llevé a un tour express por la ciudad y almorzamos en el Casco Viejo. ¡Nos conectamos de inmediato!

KELLY:  ¡Exactamente! Comimos en Las Clementinas y nos sentimos inmediatamente unidas por nuestras raíces cubanas al descubrir que tu padre y mi madre nacieron allá. Sin embargo, al haber crecido en diferentes ciudades, tenemos distintas relaciones con la cultura cubana. ¿Cómo fue la tuya al crecer?

CRISTINA: Comíamos comida cubana en la casa de mi abuela todo el tiempo, escuchábamos a Willy Chirino, a Albita y a Gloria Estefan, y la oía frecuentemente comparar a Panamá con La Habana. Ella siempre decía que La Habana era la Suiza de América, y yo crecí convencida de ello, aún sin haberla conocido.

Sin embargo, la comunidad cubana en Panamá era muy pequeña, por eso fue muy fácil para mi familia asimilarse culturalmente y convertirse en “panameña”. Sin embargo, hay un lugar en el mundo donde siempre me sentí cubana: Miami. Todos los veranos iba allá con mis abuelos y visitábamos a sus mejores amigos, que eran cubanos. Íbamos a la Farmacia Navarro, hacíamos las compras en Sedano’s y comíamos “la vaca frita” en Versalles. Hace poco llevé a mi esposo y a mis hijos a ese lugar por primera vez.

¿Cómo fue para ti crecer con una influencia cubana tan significativa en Miami?

KELLY: Ja, ja, ja, es gracioso que digas eso de tu abuela. Hay una frase que siempre escuché en las calles de Miami: “Esto no pasaría en Cuba”. Cuando era niña, daba por sentada esta influencia cubana. Miami ha cambiado mucho, pero cuando era más joven, parecía que todos éramos cubanos o hijos o nietos de cubanos. Aunque mi mamá se mudó cuando era pequeña y no tiene recuerdos personales de su país, crecí escuchando anécdotas sobre la vida en “La Habana” de mis abuelos, tías y tíos, y no faltaron nunca vaca frita, ropa vieja, congrí o cafecito cubano en nuestras reuniones familiares. 

Sin embargo, hubo muchos recuerdos dolorosos de los que no hablaron, en especial sobre tener que salir de su país, y tal vez esta sea la razón por la que no fue hasta mucho más mayor, y viviendo fuera de Miami, que realmente entendí su historia. Me crié siendo testigo de su resiliencia y su aprecio por la nueva vida que pudieron construir. Esta es una característica muy inspiradora de los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla. A veces desearía que mis abuelos todavía estuvieran vivos para llenarlos de preguntas sobre la vida en Cuba. Creo que les hubiera encantado escuchar mis historias sobre cómo es la vida en América Latina hoy.

Mi hermana y yo fuimos las primeras en viajar a Cuba hace unos años. Luego regresé de nuevo a Cuba con CHANEL (¡Gracias a ustedes!) Me quedé en el Hotel Nacional que es el lugar donde mis abuelos pasaron su primera noche de recién casados. Nunca me había sentido más conectada con ellos; podía sentir sus espíritus en el pasillo cuando caminaba hacia mi habitación por la noche. ¿Eso suena espeluznante?

CRISTINA:  Un poco, ja, ja, ja. ¡Pero es una historia tan conmovedora! Ahora que mencionas a CHANEL, estoy muy agradecida de que me haya brindado la oportunidad de volver a conectarme con mis raíces y viajar mucho a La Habana, este eslabón perdido que tenía. Quiero llevar a mis primas el próximo año.

El trabajo con la marca también me permitió conocer a los creativos más brillantes de la región, entre ellos periodistas, productores, actores y pintores. ¡Así es como finalmente te conocí, Kelly!

KELLY: ¡Y míranos ahora! Siento lo mismo por Vogue pues me trajo a Latinoamérica, literalmente. Siempre imaginé que mi carrera como periodista me llevaría a Nueva York, pero fue la mudanza inesperada a México lo que realmente definió mi camino. Y bueno, aquí estamos hoy, ambas radicadas ​​en Colombia y lanzando LATINNESS. Estoy realmente entusiasmada con esto porque mientras trabajaba en la revista, lo que realmente me impulsó, creativamente hablando, fue descubrir todo el talento que existía en la región y compartir esas historias individuales.

CRISTINA: Me encanta leer sobre ellos y encontrar formas de integrar esas personalidades en mi trabajo de relaciones públicas. 

KELLY: Ambas hemos conocido a tantos latinos inspiradores a lo largo de los años. ¿Qué dirías que es lo que más te gusta de la cultura latina?

CRISTINA: Joie de Vivre, gente feliz abrazando su latinness. A través de la alegría de vivir que compartimos, Simón Bolívar logró su sueño de unidad latinoamericana, ya que es algo que todos tenemos en común.

KELLY: Estoy de acuerdo contigo en lo de alegría de vivir. Cada país tiene su propia cultura y costumbres, pero juntos compartimos este particular entusiasmo por la vida, que no he experimentado en ningún otro lugar. Es algo realmente especial.

¿Nos ponemos en marcha entonces?

CRISTINA: ¡Vamos!

Foto por Oliver Mint.